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El año electoral inicia en Cajeme con tres candidaturas probables que aseguran una contienda muy reñida por la presidencia municipal.
En el PRI Abel Murrieta habla, exhibe su interés de manera abierta, mientras los otros aspirantes se quedan callados. El diputado federal por Cajeme aventaja a quienes no niegan su interés pero lo hacen de una manera tímida, temerosos de violar la disciplina que los obliga mantenerse callados mientras la cúpula priista no decida quién será el ungido.
Así se mueven Emeterio Ochoa, Anabel Acosta, Kiki Díaz Brown y otros que no descartan un apoyo importante de última hora.
Por otra parte, la ventaja de Abel Murrieta en el escenario priista no es sólo por el silencio impuesto a sus contrincantes. También influye la presunción de un relevo en el mando priista regional, que pasaría de manos del beltronismo a las de del boursismo, donde Murrieta es el designado natural.
Muchos priistas dan por hecho la candidatura del exprocurador y hoy diputado federal, si no ocurre un imprevisto que a última hora modifique este escenario.
La experiencia de Murrieta en los temas de seguridad pública le facilitaría el respaldo de un sector de la población, además del voto duro de su partido. Dicha experiencia puede ser una plataforma formidable, pero con el piso muy resbaloso.
Además, no se olvide otro factor: En Cajeme los candidatos NO beltronistas del PRI han enfrentado más dificultades de lo previsto y han perdido elecciones.
Rodrigo el independiente
Quien sea el candidato priista no va a tener una campaña cómoda pues deberá enfrentar a un Rodrigo Bours quien investido con el traje de candidato ciudadano independiente y apalancado en una propuesta novedosa, la sectorización del mapa político de Cajeme, ha ganado terreno y será un rival duro de vencer.
Además, aunque él no quiere presumir el músculo socioeconómico que lo afianza, éste es un factor decisivo en la lucha por la presidencia municipal de Cajeme. Las contiendas electorales se definen no sólo por el carisma de los candidatos y sus proyectos; también cuenta, y mucho, la fortaleza económica que a través de los años genera compromisos, adhesiones e intereses en los grupos concomitantes del poder.
Desde su primer intento, hace tres años, Rodrigo Bours ha mostrado sensibilidad ante los problemas sociales, en esto finca su discurso, sin embargo quien está formado en la vida empresarial suele tomar las decisiones más trascendentes con la lógica fría de un empresario.
El morbo y la inevitable suspicacia promueven una duda legítima: ¿Es viable una campaña con dos hermanos (Rodrigo y Ricardo Bours) enfrentados como rivales políticos en la disputa por la presidencia municipal?.
Piden PAN y no les dan
Hasta esta semana Gustavo Almada llevaba un cómodo recorrido hacia la candidatura de la alianza PAN-PRD-MC en Cajeme. Con una buena participación en su debut de las elección municipal del 2015, tres años después el panorama parecía más prometedor con las aportaciones de la estructura panista, que lo pondría en la competencia al nivel de Murrieta y Bours. Es el candidato natural de dicha alianza.
Pero las declaraciones de la dirigente de MC en Sonora, María Dolores del Río, quien ayer miércoles anunció la decisión de su partido de ir sólo en la contienda por la alcaldía de Hermosillo, dicho esto con un gesto que se interpretó de menosprecio al panismo de la capital del Estado, pusieron en duda la viabilidad de la alianza electoral en Cajeme.
La reacción del dirigente panista local, Rafael Delgadillo, fue de molestia ante la arrogancia de Del Río, y reiteró su convicción en la fuerza del PAN para ir con su candidato propio, mientras otros panistas insisten en la alianza.
Almada ha divido al blanquiazul y ello golpea no sólo a este partido sino de manera directa al propio Gustavo Almada porque no se puede menosprciar la fuerza que hubiera obtenido de un PAN unido en torno a su candidatura.
Conserva el entusiasmo de sus seguidores más cercanos, un equipo muy activo comandado por Jorge Russo, quien puso al partido naranja en el mapa político de Cajeme, pero enfrentar al priista Murrieta y al independiente Rodrigo Bours requiere de algo más, muchos recursos y una estructura territorial como la del PAN. Además, no basta con la simpatía de algunos panistas rebeldes, necesita el apoyo de la dirigencia.
Ya en la contienda, el reto de Almada será mantener las expectativas a la altura de los dos contendientes principales, o quedarse rezagado en una disputa contra el panismo para ver quién le quita más votos al otro.
Los morenos
Estar en una planilla de candidatos junto a AMLO es una oportunidad dorada para catapultar al partido Morena en Cajeme. No porque esté asegurada la victoria del candidato presidencial, eso aún es incierto, sino por el hecho comprobado hace 6 y 12 años, la figura de López Obrador atrae un porcentaje significativo de votos para los candidatos locales de su partido.
Hoy, con un AMLO en lo más alto de las simpatías preelectorales, la coyuntura no es capitalizada por los "morenos" de Cajme que, en la tradición de la izquierda mexicana, parecen seguir más ocupados en sus diferencias internas, donde se juega al todo o nada, que en la negociación y en el ceder posiciones individuales para ganar en conjunto.
Por eso la supuesta encuesta donde habría de decidirse el candidato de este partido a la presidencia municipal, y cuyo resultado habría de darse a fines de noviembre, no llegó a nada y hoy se habla de una votación interna que en los próximos días habrá de definir las candidaturas locales.
Hasta ahora los cuatro interesados en la alcaldía -Mariscal, Arrayales, Flores y Serna- no han impactado más allá del marco cerrado del partido, cuando deberían estar ya en la atención de la ciudadanía en general. El llamado de última hora a un candidato o candidata ciudadana, de trayectoria civil reconocida, puede ser la opción que hoy analizan los dirigentes de Morena en Sonora.
Es una oportunidad dorada acompañar como candidato a López Obrador. La expectativa se dispara hacia arriba con la promesa hecha por el tabasqueño de traer la sede de la Secretaría de Agricultura a Cd. Obregón. Pero a la izquierda local parece aturdida por sus enconos internos.
