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En el Estado de México nací
yo soy de Zacazonapan, donde crecí
A unos días de celebrarse la elección de gobernador en el Estado de México, muchos siguen apostando a que el resultado definirá la sucesión presidencial del próximo año.
Tal versión es muy aventurada porque olvida lo sucedido en 1999 y en el 2005, años en los que el PRI ganó la gubernatura del EdoMex pero eso no le sirvió para ganar las presidenciales de 2000 y 2006. La historia ya la conocemos todos.
Después de conocer los resultados del próximo domingo no sabremos pues qué partido ganará en el 2018. Incluso aunque gane Morena eso no garantiza el triunfo de López Obrador un año después por una razón muy sencilla: El poder también desgasta y gobernar durante unos meses esa entidad podría implicar errores que descartaran a Morena y a su candidato presidencial como una opción.
Pero aunque el actual proceso electoral en el EdoMex no es obligadamente definitorio del 2018, sí ha servido para corroborar que la próxima disputa presidencial será contra un gobierno antidemocrático, dispuesto a violar la ley cuantas veces sea necesario, de forma impune y cínica con tal de asegurar el triunfo de su partido, el PRI, y de su candidato.
El derroche de inmensos recursos de la Federación para apoyar al candidato priista Alfredo del Mazo, la demagógica promesa de "salarios rosas" y el reparto de tarjetas de pago "postelectoral" (si ganamos, cobras), refrendan la identidad antidemocrática de un gobierno que está dispuesto a todo y no le importa el "que dirán" de organizaciones ciudadanas y medios de comunicación nacionales y extranjeros que ya han advertido la sucia elección de estado del próximoo domingo.
Mientras en Sonora se habla con dudosa ingenuidad de "campañas más baratas", en el EdoMex se perfila lo que será la campaña del próximo candidato priista en todo el país, incluyendo a nuestra ingenua entidad.
La democracia parece destinada al fracaso en Zacazonapan, Toluca y municipios aledaños, y su fracaso anuncia cómo actuará el gobierno mexicano el próximo año sino también define desde ahora la actuación de otros factores en juego, algunos tan importantes como el llamado "arbitro electoral", el INE. El instituto mexiquense se ha hecho de la vista gorda, ha dejado hacer al gobierno gobierno estatal y el federal todo lo que han querido hacer para asegurar la victoria de Alfredo del Mazo.
Y en la mayoría de las entidades del país, como sucede hoy en el EdoMex, los órganos electorales están plagados de consejeros afines al tricolor o que de plano le deben el puesto a ese partido, como sucede con los sistemas anticorrupción, obligados también a sancionar el uso de recursos públicos en procesos electorales.
La cerrada elección en el EdoMex adelanta también algo más interesante, una jugada maquiavélica que se quiere disfrazar de "visión de estado", la segunda vuelta electoral, pero que en el fondo no es más que la estrategia marrullera para integrar de nuevo un pacto PRI - PAN que impida la llegada de López Obrador a la Presidencia de la República.
Se dice de manera pomposa, con aires de sabiduría, que el futuro de nuestro país está en un gobierno de coalición, y se olvida que ya lo tuvimos pues el fallido Pacto por México fue eso, una coalición de partidos con objetivos comunes de gobierno. Y así nos fue.
Si Delfina Gónez, la candidata de Morena en el EdoMex, llegara a ganar el próximo domingo eso no asegura el triunfo de AMLO en el 2018. Pero sí anticipa que las propuestas de segunda vuelta electoral y un gobierno de coalición obtendrán una falsa calidad de "reformas imprescindibles, fruto de políticos con visión de estadistas".
