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La participación de jóvenes en fiestas de disfraces masivas donde se permite que tomen bebidas embriagantes en la vía pública, es un foco rojo que debe poner en alerta a toda la sociedad consideró Felipe Padilla Cardona.
El obispo de la Diócesis de Ciudad Obregón, dijo que aún y cuando este año no hubo nada que lamentar en la fiesta de disfraces que se llevó a cabo el sábado por la noche, el ver a tantos jóvenes comportándose de una manera inadecuada bajo la protección de un disfraz no es más que un indicativo de que este sector de la sociedad necesita atención urgente.
"Este tipo de fiestas son un foco rojo que nos llaman a acercarnos a los jóvenes porque el ambiente los esta llevando a extremos sencillamente porque los adultos no hemos hecho nada por acercarnos a ellos. Es una fiesta pagana que denigra a la persona", indicó.
Padilla Cardona consideró que designar un espacio público para este tipo de celebraciones no es la forma correcta de buscar un acercamiento con los jóvenes, ya que el problema de alcoholismo y drogradicción requiere de otro tipo de acciones más reales.
El pastor católico expresó que un joven que toma como pretexto estas fechas para disfrazarse y hacer desmanes en vía pública lo único que quiere es llamar la atención para que lo volteen a ver.
Enfatizó que es tarea de los jóvenes más conscientes y de los adultos, así como de la iglesia realizar acciones que contribuyan a mejorar los ambientes sociales y dar a los muchachos otras opciones de diversión donde no tengan que poner en juego su dignidad ni afecten a otras personas con su comportamiento en lugares públicos.
"Estas fiestas deben movermos la conciencia fuertemente para ponernos a trabajar por todos los jóvenes que no conocen otros ambientes más sanos" reiteró el obispo de Ciudad Obregón.
