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La exposición que el subdirector de Conagua, Salomón Abedrop López, hizo el pasado jueves sobre el proyecto para la construcción de la planta desaladora Guaymas-Empalme, más que un "recuento de avances" debió ser considerada una "justificación de atrasos" y un refrito a modo.
Ante los miembros del Movimiento Ciudadano por el Agua (MCA), productores, funcionarios y diputados, Abedrop López describió algunas acciones que según él se han realizado para tener listo el proyecto a más tardar el mes de noviembre y entonces publicar la convocatoria de licitación para las empresas interesadas.
Lo que Abedrop no reconoció y los asistentes hicieron como si no lo supieran, es que el proyecto para la construcción de la desaladora tiene cuando menos ocho años de haber sido redactado por Rodrigo González y un equipo de investigadores del ITSON, quienes se lo entregaron a la Conagua el pasado mes de enero.
Dicho proyecto fue presentado ante funcionarios del gobernador Eduardo Bours en el 2008 y en el 2010, cuando Padrés anunció la construcción el Acueducto Independencia, fue propuesto como la opción más viable en lo técnico, económico y de impacto ambiental. Los padresistas reconocieron la viabilidad de la desaladora y se lo propusieron a los opositores del Acueducto, pero la propuesta fue rechazada y el gobierno panista siguió empecinado con su "magna obra" dejando archivado el proyecto de la desaladora.
Ahora, seis años después y tras el regreso del PRI al gobierno estatal, se anuncia la construcción de la desaladora Guaymas-Empalme y los intransigentes opositores, hoy blandos apoyadores, se dijeron emocionados con la exposición de Abedrop López aun cuando éste no hizo otra cosa que presentar el proyecto realizado hace ochos años en el ITSON y presentarlo ante el emocionado público que se reunió en la sede del Distrito de Riego Río Yaqui.
Y aun cuando el proyecto ya está hecho, Abedrop aclaró que todavía les falta a los expertos de la Conagua alrededor de seis meses para tenerlo listo y abrir la licitación. Nadie de los presentes en esa reunión se atrevió a cuestionar la impostura, tal vez porque ellos forman parte de dicha impostura.
Nadie objetó el plazo que puso Abedrop para concluir el primer módulo de la desaladora: 18 meses.
En diversas ocasiones Rodrigo González ha señalado que el tiempo requerido para tener ese módulo es menos de un año, pero la apuesta del subdirector de Conagua y su público es tenerlo listo a mediados del 2018, para que por "pura coincidencia" la inauguración llegue al mismo tiempo que las elecciones presidenciales y locales.
Dos años son muchos para construir un módulo que producirá 200 litros de agua dulce por segundo, dice Rodrigo González y menciona la desaladora que de Ensenada cuya construcción inició el año pasado, lleva un adelanto del 80%, más o menos, y producirá 800 litros por segundo, cuatro veces que la de Guaymas-Empalme.
Cerca de allí, en Rosarito B.C., se construirá la desaladora más grande de América Latina, es un proyecto binacional y dotará de agua dulce a San Diego y Tijuana.
Además, advierte el experto del ITSON, no contempla el tiempo que se necesitará para tener en regla la licitación y la empresa ganadora, un proceso que suele rebasar los plazos originales pues por cualquier detalle las empresas perdedoras impugnan los resultados y eso obliga a posponer durante meses el inicio de las obras.
Refiere un caso cercano: El de la planta tratadora de aguas residuales de Hermosillo, donde las malas licitaciones influyeron para que la obra se pospusiera durante cuatro años.
Pese a la manipulación política del proyecto para construir la desaladora Guaymas-Empalme, Rodrigo González ve el futuro con optimismo pues considera que esta obra demostrará que la desalación produce agua potable de alta calidad y detonará la construcción de otras.
Sin embargo, la que sustituirá al Acueducto Independencia no se vislumbra para los próximos años sino tal vez para cuando el acueducto sea insuficiente y necesite una desaladora como complemento, no como sustituto.
Otro factor que amenaza este tipo de proyectos es la tormenta financiera que vive el país y que habrá de arreciar en el 2017, obligando a más recortes presupestales de la Federación.
Nada de eso parece importar a quienes ayer eran intransigentes opositores al Acueducto y hoy son comprensivos y emocionados apoyadores de todo lo que les digan. Como lo que les dijo Abedrop López el jueves pasado.
