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El número de personas indigentes en Cajeme crece cada día y no hay instituciones que enfrenten de manera permanente este grave problema social, o no hay recursos suficientes para enfrentarlo.
Ante esta realidad lacerante surgen iniciativas individuales o de grupos como la que ha emprendido el sacerdote José Antonio Barreras Cetina.
Él se ha dado propuesto abrir un refugio para los indigentes y le ha llamado Casa Betania para el Indigente.
"No es un comedor popular o refugio", explica, "sino un centro donde pretendemos rescatar a las personas que viven en la indigencia para reincorporarlos a la vida productiva, que no dependan de nadie más que de ellos mismos".
Uno de los objetivos, dice el padre Barreras, es que tengan oportunidades laborales, de estudio, lo que sea necesario para dignificar su vida.
¿Qué orilla a la gente a vivir en la indigencia? La falta de oportunidades, responde, pero también la ignorancia, los traumas de quienes son víctimas de abuso sexual en la infancia o la ausencia de una formación positiva en el seno familiar.
"La ausencia de la figura paterna es un factor muy frecuente. Personas que no tuvieron a su padre o fueron abandonadas por él, son comunes entre los indigentes".
A estas personas se les brindará la oportunidad de transofrmar su vida en la Casa Betania.
No es éste el primer proyecto que Barreras Cetina emprende para auxiliar a la gente más necesitada. En la parroquia de la colonia 410 recibe a personas en situación de calle. Con recursos limitados hace lo que puede para ayudarlas.
Ahora, con apoyo del DIF Cajeme, que le entregó un cheque de 150 mil pesos, el padre José Antonio Barreras podrá la Casa Betania en la colonia Sochiloa.
Ena Olea de Félix, titular del DIF, destacó la viabilidad de este proyecto donde se trata de dignificar a la persona indigente con ayuda social, espiritual, psicológica, emocional y médica.
Barreras Cetina agradeció el apoyo e indicó que el recurso recibido será usado para aportar la parte que les corresponde como beneficiarios, ya que el Consejo Estatal de Concertación para la Obra Pública (CECOP) ofreció ayudarles para rehabilitar y adecuar la casa que les fue donada por ciudadanos altruistas de Cajeme, donde a partir de octubre de este año se podrá alojar a 30 indigentes a la vez, separados por edades y género, cumpliendo así con “un proyecto de amor a nuestro Cajeme, a nuestra sociedad”.
