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La quema de gavilla de trigo por parte de los productores agrícolas, puede convertirse en un problema de salud pública, ya que es de todos conocido que esta práctica afecta la salud de la comunidad, a la vez que presenta daños al medio ambiente, reconoció Gerardo Loya Chávez, gerente general de la Asociación de Organismos Agrícolas del Sur de Sonora (Aoass).
Hizo un llamado a los productores para que eviten incurrir en estas prácticas, observando la ley y contribuyendo al cuidado del medio ambiente y la salud de los pobladores del Sur de Sonora.
Cada ciclo agrícola, añadió, se exhorta a los productores para que adopten prácticas más amigables con el medio ambiente, como lo es la labranza de conservación, que además de evitar la quema de gavilla trae otros beneficios como la incorporación de la materia orgánica al suelo y la repelencia de la mosca blanca en cultivos que se establecen en verano, como el soya.
Comentó que en los últimos años se ha logrado que la gran mayoría de los productores dejen de incurrir en esta práctica que daña al medio ambiente y a la salud de los habitantes de la región.
Al ser conscientes de los efectos negativos que esta práctica tiene el productor no la realiza como costumbre, como se hacía en años anteriores, por lo que actualmente la quema se da en casos aislados o bien, por situaciones accidentales, aseguró.
Producción
Por parte de AOASS, se espera una producción de trigo de alrededor de 514 mil toneladas, de las cuales 487 mil corresponden a trigo cristalino y 27 mil toneladas son de trigo panificable.
A la fecha se registra un avance del 89% de la cosecha, y el rendimiento promedio que se ha presentado en trigo cristalino es de alrededor de 6.8 toneladas por hectárea, mientras que para trigo panificable ronda las 6.2 toneladas por hectárea, rendimientos considerados como aceptables.
Lic. Gerardo Loya Chávez
Gerente General
