|
Primero fueron las residencias abandonadas o destruidas y que en poco tiempo quedaron reducidas a nada prácticamente, se convirtieron en terrenos para estacionamientos o negocios comerciales de toda clase.
Juntos vinieron los puestos de hotdogs y enseguida los expendios de cerveza y licores amablemente llamados "tiendas de conveniencia".
Ahora son los automóviles los que piden permiso para circular más rápido y se lo conceden tumbando árboles y bugambilias que reduzcan la visibilidad de los conductores, en lugar de obligar a éstos a cumplir con las normas de tránsito.
Y así lo explican las autoridades:
Con el propósito de evitar mayores accidentes viales en las diferentes intersecciones con la calle Náinari, la Secretaría de Imagen Urbana retira las bugambilias y laureles del bulevar de esa vialidad.
Marcelo Calderoni Obregón, titular de la dependencia, explicó que ante los constantes accidentes viales que se han presentado en la calle Náinari, de la Sinaloa a la Tabasco, donde las bugambilias y laureles tapaban la visibilidad de los automovilistas, Tránsito Municipal sugirió que éstas fueran removidas.
Ante ello dijo, se analizó la mejor opción y ésta es que serán transplanatadas en la Laguna del Náinari.
