HERMOSILLO.- Con un formato diseñado para que no se dé un debate real, el "debate" de los candidatos a la gubernatura de Sonora resultó un evento irrelevante que no aportó novedad alguna ni en las ideas ni en la imagen que ya se tiene de los siete aspirantes.
Pero además de irrelevante, el debate fue soso, acartonado, con protagonistas que se limitaron a reiterar las ideas y propuestas que han expresado en sus respectivas campañas.
Ni siquiera las críticas contra el panista Javier Gándara y el gobernador Padrés fueron relevantes. Sólo las mismas acusaciones y en el mismo tono de estos meses.
Pero también la particiación del candidato oficial, Gándara Magaña, dejó mucho que desear, pues incluso cuando trató de desligarse de Padrés se vio poco enérgico, poco convincente, más aun cuando intentó definirse como un candidato ciudadano.
Claudia Pavlovich se vio más suelta, más segura, pero sus argumentos y propuestas se perdieron en la crítica obsesiva contra el gobernador Padrés, crírticas que si bien son válidas y argumentadas, le ganaron tiempo a la exposición de las propuestas de la candidata priista.
Carlos Navarro, el más hábil de los oradores, confirmó la idea que ya se tiene de su candidatura: Es el triunfo de los perredistas priistas sobre los perredistas panistas.
A Javier Lamarque le faltó la chispa, la energía y oratoria necesarias para atraer la atención sobre las esperanzas o expectativas reales que puede ofrecer Morena a los sonorenses.
Manuel de Jesús Valdenebro, de Encuentro Social, y Jorge Moreno Berry, del Partido del Trabajo, contribuyeron con su presencia a hacer más breve la participación de los candidatos que sí cuentan.
En resumen, un debate que no es debate, un evento acartonado que no se justificará mientras sea aólo una "lluvia de ideas", como lo llamó uno de los participantes.
