De pequeño soñaba con ser piloto aviador de la fuerza aérea de su natal Francia y luego jugador profesional de fútbol, pero por consumir drogas durante una década de su vida, este misionero laico hoy se encuentra sin lograr sus sueños y lo peor, sin sus piernas, apoyado por prótesis para caminar.
Se trata de Hanns Myhulots, quien visitó por segunda ocasión a Ciudad Obregón para alertar a los jóvenes sobre las consecuencias de consumir drogas, a través de una charla que ofreció a los alumnos del Instituto Regional de Guaymas (IRG).
Por más de una hora, el ciudadano francés, nacido en Champagne, relató cómo cayó a las drogas cuando apenas tenía 9 años de edad y luego cómo 10 años después, perdió sus piernas al caer de un edificio, pues los efectos de la droga le hicieron creer que podía volar.
“Yo empecé con un cigarro de mariguana por semana y terminé gastando hasta 2 mil dólares en un día en drogas, pues comencé a utilizar otro tipo de sustancias que pudieran llenar el vacío que había en mi interior”, relató a los más de 600 jóvenes asistentes.
No fue hasta que un religioso italiano le hablo de Jesucristo y su vida empezó a cambiar, tanto que desde hace más de 20 años ya no consume drogas, pero que cada día lucha por vencer la ansiedad, pues un drogadicto nunca deja de serlo, solo se abstiene.
“Lo importante es tener un corazón dispuesto porque nadie puede cambiar al otro si no desea hacerlo. En mi caso nadie me habló del infierno que eran las drogas, pero era un escape para sentirme amado, pues en casa nunca me lo demostraron”, destacó.
“Ahora mi sueño es ayudar a que otros cumpla los suyos”, expuso el conferenciante, quien actualmente vive en Guatemala, donde preside la fundación “Uno más para Jesús”, que atiende a jóvenes fármacodepedientes e infectados por la enfermedad del VIH (sida).
Gilberto Corral Gil, director de la Preparatoria del IRG, destacó que este tipo de conferencias forman parte de la formación del alumno de la institución y sensibilizarlos sobre los efectos tan nocivos que trae el uso de las drogas.
