El 20 de la superficie de siembra de papa y tomate en los valles del Yaqui y Mayo, presenta afectaciones por la enfermedad del tizón tardío como consecuencias de las recientes lluvias y elevados niveles de humedad.
Renán Cruz Valenzuela, gerente de la Asociación de Productores de Hortalizas del Yaqui y Mayo (Aphym), expuso que los daños se reflejarán en una caída en el rendimiento por hectárea y en la calidad del cultivo.
Otro cultivo afectado con una enfermedad cuyo desarrollo estimula la lluvia, la llamado cenicilla, es la calabaza, expresó.
El productor debe realizar al menos cuatro aplicaciones de fungicidas los días posteriores a la lluvia, lo que además de afectar el medio ambiente, incrementa los costos de producción.
“Necesitamos hacer aplicaciones, ya ahorita son curativas más que preventivas y lógicamente eso hace que los costos de producción se nos eleven, es más caro lo curativo que lo preventivo”, manifestó.
Este ciclo agrícola se estableció una superficie de siembra de 4 mil 100 hectáreas de papa y 750 de tomate, 700 de ellas en casa sombra o el resto a campo abierto.
Cruz Valenzuela añadió que hortalizas como el chile, lechuga, apio, brócoli, coliflor y zanahoria que actualmente se cosecha, no presentaron afectaciones por las lluvias.
