Organizaciones civiles de Estados Unidos acusaron a agentes de la Patrulla Fronteriza de abuso sexual contra menores migrantes detenidos en su intento por cruzar desde México hacia el norte.
Por ello, ha presentado una denuncia ante tribunales de Estados Unidos.
Luego de entrevistar a muchos de estos menores detenidos y luego confinados en refugios temporales, dijeron que los agentes de la Patrulla Fronteriza realizan prácticas de tortura, los humillan con comentarios raciales y obligándolos a convivir en condiciones infrahumanas. Se les limita el agua y los servicios sanitarios, los alimentos y la atención de salud.
Pero no sólo los menores migrantes: también los habitantes de la región han reportado excesos contra civiles. La Unión de Libertades Civiles difundió una serie de videos para tratar de hacer conciencia sobre esta crisis humanitaria que ha convertido la frontera en zona de guerra.
El Proyecto Esperanza de Derechos de los Inmigrantes con sede en Los Ángeles se ha unido a la denuncia. Acusa a las autoridades y en especial a la Patrulla Fronteriza de abusar de niños migrantes que han cruzado sin documentos y sin sus padres a Estados Unidos.
Unido a otras organizaciones, Proyecto Esperanza ha presentado una denuncia formal contra las autoridades de Estados Unidos, y en especial contra la Patrulla Fronteriza, por las violaciones cometidas desde que se inició la crisis de los menores migrantes.
“La mayoría de los 116 niños citados en la denuncia estaban tratando de reunirse con familiares en el sur de California, de acuerdo con funcionarios de Esperanza. Noventa y siete de los menores de edad tienen casos pendientes en los tribunales de inmigración en Los Angeles, que cubre la mayor parte del sur de California, con exclusión de San Diego”, explica KPCC, una estación de radio pública de California.
Alrededor del 70 por ciento de los menores de edad que fueron detenidos y luego reubicados describieron los refugios temporales como insalubres, con temperaturas de punto de congelación y el hacinamiento.
Además, alrededor del 25 por ciento de los niños reportó algún tipo de abuso físico, incluyendo el sexual, golpizas, y el uso de posiciones de estrés. Más del 50 por ciento acusó de comentarios raciales y sexualmente cargados, así como amenazas de muerte.
