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Un motín en el que participaron varios internos del Cereso puso en crisis la seguridad al interior del penal, por lo quie fue necesario la intervención de un numeroso contingente de policías estatales que acudieron a sofocar la rebelión.
De acuerdo con informes extraoficiales, el motín ocurrió debido a la inconformidad de los internos por el trato que reciben y las condiciones de la infraestructura al interior del penal.
Expresaron su rebeldía con la quema de colchones e incluso se habló de detonaciones de armas de fuego escuchadas en las colonias vecinas del Cereso. Se dijo que podría haberse tratado de disparos hechos al aire por custodios para disuadir a los amotinados.
La inconformidad pudo originarse también por el cateo que recién se realizó al interior de las celdas, cateo en el que se decomisaron armas blancas o "puntas", drogas y otros objetos ilegales, lo que enfureció a los reos.
El incidente causó preocupación entre personas con hijos en las escuelas aledañas al Cereso, pues se les dijo que debían pasar a recogerlos para no exponerlos a una situación de riesgo.
