• Banner
  • Banner
Sábado 27 de Abr de 2024
El tiempo - Tutiempo.net

La astronauta sonorense

Milenio
Martes 08 de Octubre de 2013
 

HOUSTON, TEXAS.-“Es su primera entrevista con un medio hispano”, dice Jim Rostohar, responsable del área de relaciones públicas de la NASA. En 23 años de carrera profesional en la Agencia Espacial, Ellen jamás había hablado tanto de sus padres y abuelos.

De hecho, se encuentra sorprendida, pues esperaba las tradicionales preguntas que suelen hacerle durante una charla periodística: ¿cómo se siente volar en el espacio?, ¿qué significa ser la primera astronauta hispana?, ¿qué piensa de los premios que ha recibido?

En México los nombres de familia surgen durante la época colonial. Su uso nació de la necesidad de los grandes señores españoles de mostrar la pertenencia de sus esclavos.

La historia refiere que el apellido Ochoa es de origen vasco. Si bien es relativamente común en nuestro país, no figura entre los diez primeros, según datos del padrón electoral del IFE.

“Mis abuelos son originarios de Sonora, crecieron ahí, se casaron y tuvieron su primer hijo. Mi abuelo trabajaba en un periódico local. Después salieron de México, probablemente en 1910. Se fueron a Arizona y en 1923 llegaron a California, donde nació mi padre, Joseph, quien fue el último de doce hijos”, cuenta Ellen con enorme soltura y una amplia sonrisa.

Lauri es su segundo nombre y en su historia familiar la migración ha sido una constante. Aunque nació en Los Ángeles (1958), en 1966 sus padres decidieron mudarse a La Mesa (condado de San Diego). “En realidad ahí crecí. Mi padre nunca viajó a México, aunque sí escuchábamos que tenía familiares por allá. La única visita que como familia hicimos en aquel tiempo fue a Tijuana.

Desde esta perspectiva, Ellen debiera ser quien menos conoce sobre sus orígenes; no obstante, pudo apropiarse de la parte mexicana de su historia, gracias a las anécdotas que contaba su abuela paterna. “En realidad ella no hablaba inglés, pero entendía más de lo que dejaba ver o aparentaba. Cuando hablaba, necesitaba que alguien tradujera sus palabras”, recuerda.

Obtuvo uno de los tesoros principales de su niñez debido a una tarea escolar. La profesora pidió a los alumnos hablar con sus abuelos de cómo era la Navidad cuando eran niños. La barrera del idioma nunca separó a Ellen y a su abuela, pues una de sus tías hacía de traductora. “Estamos hablando de la Navidad en México en 1880. Resultó fascinante escuchar cómo era la vida en ese lugar y en ese tiempo. Mi abuela me escribió una carta al respecto y es una de las cosas que más atesoro. En realidad, es el único documento que tengo y que constata su vida en ese país”.

Ya que desempeña el cargo de primera directora hispana del Centro Espacial Lyndon B. Johnson (sitio de entrenamiento para los astronautas y desde el cual se coordinan y supervisan todos los vuelos tripulados que realiza la NASA), Ellen ha tenido que ofrecer algunos discursos en español y dar pláticas a alumnos de primaria y secundaria, muchos de los cuales son de origen hispano. No es de extrañar que reciba supervisión.

“Creo que de pequeña sabía más de lo que sé hoy. En casa, mi padre tampoco hablaba español, salvo algunas frases cotidianas. Creció en un tiempo en el que era mal visto, por así decirlo, hablar español; era desalentador. Se ponía mucho énfasis en que la persona que venía de México debía hablar inglés”.

La historia de Estados Unidos refiere que entre la década de 1920 y 1950 se registró una oleada de migrantes hispanos, sobre todo de origen mexicano, a quienes por supuesto les resultaba muy difícil obtener la nacionalidad, y muy fácil lograr la deportación a su país.

La ventaja de la familia Ochoa era que Joseph y diez de sus hermanos habían nacido en Estados Unidos; su desventaja fue que las raíces mexicanas se fueron perdiendo con el tiempo.

“En esos años mi padre perdió la oportunidad de ser bilingüe, pero hoy la gente comprende la ventaja que da manejar dos idiomas. Para mi padre lo más importante era que nosotros, sus hijos, tuviéramos un buen inglés mientras crecíamos”.

Joseph hablaba un poco de español en momentos muy reservados y solo como último recurso; por ejemplo, cuando durante el desayuno sus cinco hijos querían jugar a la par que comían. El recuerdo por sí mismo ilumina su rostro aún más, y solo entonces se ve en la necesidad de mezclar su perfecto inglés con algunos términos en español. “Estábamos alrededor de la mesa y decía, por ejemplo, Pásame la mantequilla. Si nos parábamos de la mesa decía ‘¡Siéntate!’ Era el español de cada día y oír eso de mi papá era una muy mala señal”, dice mientras ríe. “Es por eso que mi español es lo que yo llamo un español de comedor”.


ATLANTIS Y DISCOVERY

La doctora Ochoa califica su vida profesional en la NASA como una oportunidad maravillosa. Tanto, que viajó en cuatro ocasiones al espacio: dos en el transbordador espacial Discovery y dos más en el Atlantis, 978 horas de vuelo.

Su vida académica giró alrededor de la física, la ingeniería y las ciencias. Ha supervisado el trabajo de equipos científicos dedicados a desarrollar sistemas de cómputo para misiones aeroespaciales y es co-inventora de tres patentes de sistemas ópticos. Además, le gusta pilotar aviones, jugar voleibol, andar en bicicleta y tocar la flauta, un pasatiempo que desarrolló desde los 18 años.

Gusta de tocar en casa, para su propio disfrute y relajación. La flauta le es tan cercana que la llevó consigo en su primer vuelo espacial en 1993; las fotografías y el video de aquel entonces muestran a Ellen (con 35 años de edad) flotando en la gravedad mientras ofrece un breve recital de quince minutos en el que ejecuta algunas piezas de Vivaldi, el Himno de la Marina y la pieza inglesa “God Save the Queen”.

En casa, la cocina está a cargo de su esposo, quien además es ingeniero y abogado. Sus hijos, de trece y quince años, han mostrado interés por las ciencias aunque, dice Ellen, también son buenos en el deporte.

Por ser considerada una destacada mujer estadunidense con ascendencia mexicana, la doctora Ochoa recibió el premio al Liderazgo de la Herencia Hispana con el que, asegura, busca despertar el interés de los jóvenes por las ciencias.

“Que comprendan que hay carreras interesantes en ingeniería, matemáticas y otras áreas. Quisiera incrementar el número de alumnos de herencia hispana en estas áreas, pues escasean en Estados Unidos. Me gustaría que se interesaran por los programas espaciales, porque benefician a toda la humanidad, no solo a un país”.

Ellen no descarta la posibilidad de conocer México. Aunque vio al país desde el espacio, solo ha estado (además de Tijuana) en Cuernavaca, donde hace algunos años ofreció una conferencia. También le gustaría conocer Sonora.

“Es una parte importante de mi herencia, porque la mitad de mi familia proviene de México y estoy segura de que mis abuelos, quienes desafortunadamente murieron antes de verme convertida en astronauta, estarían sorprendidos de ver que su nieta ha sido capaz de hacer algo que nunca se hubieran imaginado. Sé que hay muchas razones por las que vemos a otras personas como modelos a seguir y, en mi caso, esa es una responsabilidad que me tomo muy en serio”.

Política de Privacidad    Copyright © 2006-2024 InfoCajeme.com. Todos los Derechos Reservados.