Quienes no alcanzaron un estacionamiento para su automóvil cerca de la entrada del Centro Magno, tuvieron que buscarlo en la calle Miguel Alemán, 5 de Febrero y otros espacios aledaños.
Menos el propietario del automóvil que aparece en la foto. Con una exhibición ostentosa de prepotencia, el conductor se estacionó en plena banqueta de la esquina Sinaloa y Guerrero.
No hubo un solo agente de tránsito que se atreviera a pasar por allí y ordenar el retiro del automóvil o pedir una grúa para que se lo llevara.
Sin embargo, cuando un ciudadano común se estaciona en el centro de la ciudad y "muerde" unos centímetros de franja roja o del acceso a un edificio público, de inmediato caen los agentes a recetar la costosa multa por "estacionarse en área prohibida".