Elba Esther Gordillo, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE), aseguró que su permanencia al frente del sindicato (desde hace 23 años) “no es cacicazgo, no es una dictadura, no es una presidencia vitalicia”.
En entrevista con el diario El Universal, afirmó que si los delegados del sindicato se lo piden, continuará al frente de la organización gremial. “Haré lo que ellos digan. Ellos me mandan”, expresó. “En las democracias, si uno es electo puede durar el tiempo que ellos quieran” dijo, además de cuestionar los límites de la democracia. “Eso lo inventaron aquellos que les estorban los liderazgos”, espetó.
Gordillo respondió que no le importa que otros quisieran su salida del SNTE: “… ¿por qué irme? Porque le interesa a otros que me vaya, porque no les gusto, porque les estorbo, no me importa. Me interesa lo que digan ellos (refiriéndose a los maestros)”.
Aseguró que se esta “forjando un nuevo sindicato” y dijo que “no es legítimo” que las “deficiencias de un gobierno” se le adjudiquen al sindicato.
Tras reconocerse como una “mujer comprometida con la educación y con el gremio”, advirtió: “si hoy me fuera (del SNTE), me voy bien. Si me quedo, me quedaré a dar la pelea, con todo”.
SNTE, necesario: Córdova
El secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova, manifestó en dos ocasiones que el gremio que dirige Gordillo es necesario para el proceso educativo. La primera alusión la hizo durante su discurso en la Reunión de Consulta de las Américas de los Ministros de Educación para una Nueva Cultura de Salud en el Contexto Escolar; la siguiente, en conferencia de prensa, en la que además refirió que ha sido apoyado por el sindicato.
“Espero que todo transcurra (el congreso del SNTE) bien. Su servidor ha tenido el apoyo del sindicato en muchos de los proyectos y creo tendremos que trabajar juntos”, contestó a pregunta expresa, de acuerdo con el diario Reforma.
Respecto al cónclave del SNTE, que se lleva a cabo en Cancún, Quintana Roo, y en el que se renovará su dirigencia, Córdova dijo que es un derecho del sindicato y que la autoridad está obligada a respetar sus decisiones. “Jamás he tenido la tentación de hablar en contra de lo que dentro (de ese gremio) se dé”, precisó.
Desmarcándose, agregó que “son los trabajadores los que tienen que decidir”.
