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Los resultados electorales del 1 de julio en Cajeme reflejaron un comportamiento atípico que va más allá de las explicaciones políticas con las que se pretende justificar dichos resultados.
En la elección de diputados locales la aplanadora priista, que se llevó holgadamente los cuatro distritos correspondientes a este municipio, tiene una justificación de lógica política que, aun cuando sea cuestionable por los opositores al PRI, le da coherencia a los números.
Si los priistas aseguran que ganaron las diputaciones locales por el voto de castigo que sufrió su principal adversario, el PAN, debido al acueducto Independencia, es un argumento que puede rebatirse pero no descartarse. Los números y las diferencias son acordes con lo observado en elecciones anteriores.
Pero esta coherencia política y estadística desaparece al revisar el comportamiento histórico de la elección federal en Cajeme y compararlo con los resultados de este 2012.
La incoherencia central radica en la evolución del número de electores en las casillas federales.
En las dos primeras elecciones de este siglo, las del 2000 y 2006, hay un incremento normal en el número de votantes y que puede relacionarse con el incremento demográfico. En el 2000 participaron 141,777 cajemenses en la elección de presidente de la república. Y en la del 2006, el número de votantes subió a 143,476, una cifra lógica con respecto a la anterior.
Pero en este 2012 el incremento de votantes carece de lógica de acuerdo con el comportamiento histórico. Mientras que en el primer lapso (2000 - 2006) el incremento de votantes fue 1 mil 699, en el segundo lapso (2006 - 2012) el incremento fue 19 mil 441. Es decir, este 2012 el aumento en el número de votantes respecto a la elección anterior fue 11 veces mayor que en el 2006 respecto al 2000.
Si se revisa la elección para diputado federal en el Distrito VI, las estadísticas presentan el mismo comportamiento ilógico, incluso un poco más marcado que en la elección presidencial.
Lo atípico de esta jornada electoral se refleja además en la elección de presidente municipal (158 mil 600 votos*), donde también hay un salto cuantitativo que no es congruente con la evolución observada en 2000 (138,848) y el 2006 (135,533).
¿Cuál es la causa de este incremento en las elecciones para alcalde, incremento que tampoco concuerda con el comportamiento histórico de la votación?
Tal vez esto se explica con el cúmulo de irregularidades detectadas el 1 de julio, como señala la Red de Mujeres Progresistas, que promovió el voto por Andrés Manuel López Obrador.
Leticia Burgos, dirigente de la Red, afirma que en el Distrito VI de un total de 508 casillas, el 81% presentó irregularidades, y en 439 el IFE cambió a los funcionarios de casilla dos días antes de la elección, y el día de la elección se improvisó a 229 votantes como funcionarios de casilla.
Todo esto sin contar el significativo número de casillas donde el presidente o alguno de sus auxiliares eran parientes o allegados de conocidos militantes priistas.
La explicación más reiterada sobre el incremento inusitado de votantes en la elección presidencial es la cuantiosa -e ilegal- inversión de dinero para promover el voto por algún candidato presidencial.
También cuenta el uso de "niños halcones" que fueron contratados para recorrer las colonias populares el 1 de julio y recordar a los vecinos que habían comprometido su voto que era la hora de cumplir con el compromiso.
Así, con estos elementos y otros que se han citado en los días recientes, puede afirmarse sin la menor duda que en la construccion de la democracia Cajeme ya dio el primer paso... hacia atrás.
* Incialmente teníamos la votación para alcalde proporcionada por el PREP del Consejo Estatal Electoral. Pero hemos modificado a los resultados finales proporcionados por el Consejo Municipal Electoral. Los datos del PREP son, pues, poco confiables a pesar de que se utiliza oficial y ceremoniosamente para hablar de tendencias. La modificación que hemos hecho ahora no refuta sin embargo el planteamiento original sino que lo refuerza: El incremento de los votos para presidente, diputado federal y, ahora, alcalde, no tiene lógica histórica. Es cuestionable.
Todos los datos aquí citados se tomaron de los sitios web del IFE y del Consejo Estatal Electoral.
