|
Situaciones como la ocurrida en Juárez en donde los editores del Diario de Juárez pintaron su raya y aceptaron el poder del narco como el gobierno de facto en Chihuahua, no es nada nuevo. De ahí que no se vale que ahora vengan a rasgarse las vestiduras los funcionarios de Calderón y dirigentes del PAN a nivel nacional, porque el hecho de que algunos reporteros aparezcan como el blanco de la Cosa Nostra ha sido lo mismo con gobiernos azules que tricolores.
La posición del Diario de Juárez, para decirlo en términos deportivos fue una fina carambola de tres bandas en donde la más perjudicada fue la clase política y punto. Para acabar luego; el reconocer al crimen organizado como el gobierno de facto y evidenciar que Juárez está solo a la buena de dios y los malosos, sencillamente fue un fino sarcasmo que llegó y pegó en donde tenía que pegar. Es la posición del clásico marido que echa mano del humor negro, cuando ante el evidente y torpe olvido de la señora, sentado a la mesa, le pide a la vieja que vaya con la vecina para que le preste un medio kilo de gordas, “ que nomás como se las devuelves”.
Es el caso de Juárez y la postura de los editores del Diario a quienes el narco ya agarró de sus puerquitos.
La pregunta de “qué quieren de nosotros, qué si y qué no hacemos”, hace mucho que están no solo contestadas sino más que entendidas y anotadas, no solo por los comunicadores de Juárez sino por todo aquel que se pone al frente de una máquina y tiene que decidir entre la vida y la muerte. De ahí que salen sobrando las posiciones y las muchas declaraciones que hace el gobierno federal – como la que acaba de hacer ayer Calderón---en el sentido de que su gobierno alista plan para proteger a los periodistas o lo que hagan y dejen de hacer organizaciones como la SIP o de Derechos Humanos. El peligro, pues, al momento de ejercer la segunda profesión más antigua del mundo, no es privativa de Juárez, es en todo México. Les guste o no a nuestros gobiernos.
De tal manera que tampoco estamos como para emprenderla en contra de la ex gobernadora de Arizona Janet Napolitano cuando apenas hace unos días pintó el más feo de los panoramas, en materia de inseguridad en México. Y aunque es un hecho que ahora sí, “ni cómo defendernos”, desgraciadamente a la señora que ahora firma como secretaria de Seguridad Interna del país más poderoso de los Estados Unidos, le van a llover mentadas de aquellos a quienes seguramente no les habrá gustado la posición que está tomando el país vecino al respecto del despapaye que tenemos sus vecinos. La situación en seguridad y escalada de violencia, según doña Janet, no solo no ha mejorado sino que ha empeorado y se ha convertido en una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Las declaraciones de Napolitano se dieron en el curso de una comparecencia que esta tuvo ante los senadores de su país y en donde, como tenía que ser, salieron a relucir los casos de los 72 migrantes muertos en Tamaulipas, los asesinatos de mujeres en Juárez, los periodistas caídos recientemente y la ola de violencia que campea a lo largo y ancho del territorio nacional.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Y por si quedara alguna duda de quién es quién y pese a los sesudos y estratégicos filtros policiacos que se tienden dentro y fuera del municipio de Cajeme, Cócorit volvió a teñirse de rojo, como hace algunos años ocurrió en su palenque y el rugido de la metralla cobró tres nuevas víctimas que se suman a los ya casi 30 mil muertos que ha costado la narco- revolución desde que Calderón tomó los bártulos del país.
Los hechos, según la información que se desplegó en los diversos foros de Internet, ocurrieron en el interior de un rancho a donde habrían acudido los ajusticiados para entrevistarse con un grupo de personas, mismos que llegaron a bordo de lujosas camionetas. Y no son resorteras, precisamente las que portaban al momento en que llegaron a su mortal encuentro con la muerte, como tampoco eran palos de escoba que simulaban pavorosas matonas las que utilizaron sus victimarios.
De lo contrario, es casi un hecho que habrían sido detectados en los filtros de marras. Faltaba más, no por nada ahora los retenes se efectúan en forma coordinada entre los “cuatro” niveles de gobierno a saber; el federal, estatal, municipal y el que te cuento, perdón, perdón, dije cuatro pero no, aclaración, tres, son tres. En temas menos pavorosos, ciertamente, tres de los principales municipios de Sonora son gobernados en este momento por Acción Nacional, además que, como se sabe, Guillermo Padrés llegó también abanderado por el albiazul.
Sin embargo, de ahí a que Sonora se halla convertido en una ínsula del panismo, sea un bastión panista como efectivamente si ocurre con estados como Guanajuato y Jalisco, pues siento que hay mucha diferencia. Es posible que Hermosillo si encaje en este contexto pues al igual que en años atrás, está siendo gobernado en este momento por el PAN, pero por un hombre que todavía a estas alturas no ha alcanzado a dejar su fuerte olor tricolor, como es el caso de Javier Gándara.
