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A Vicente se le hizo fácil dejar su automóvil estacionado frente a la Agencia Fiscal, por la calle 5 de Febrero, en un espacio límite entre la zona de estacionamiento y la franja roja.
Cuando salió de la Agencia y buscó su carro no halló nada. La grúa se lo había llevado.
Lo mismo le pasó a una joven mujer que muy confiada estacionó su moderna camioneta en el espacio reservado para minusválidos. La muchacha, toda completita ella, no se dio cuenta que la observó un agente de tránsito y en cuanto ella se perdió, llegó la grúa y se llevó la camioneta.
Casos como éstos ocurren a diario en la cuadra que va de la calle Hidalgo a la Allende, por la 5 de Febrero, pues las áreas de estacionamiento ya son insuficientes. Aun con el estacionamiento de paga frente a Catedral, no es suficiente para los cientos de automovilistas que no encuentran donde dejar su unidad.
Y la grúa no perdona. Lo de menos es pagar la multa y que le regresen a uno el auto, pero el tiempo perdido, la discusión con los agentes y el susto... no tienen precio.
