Domingo: Choque de trenes

Este domingo 8 de marzo al realizarse la votación para elegir al candidato del PRI al Gobierno de Sonora, se pondrá en juego la capacidad de este partido para sobrevivir a la división que se ha hecho patente en las precampañas, y que hablan de algo más que una simple competencia interna.

Se enfrentarán en esa jornada dos grupos que buscan imponer su hegemonía sobre el priísmo sonorense, dos grupos que han dado evidencias de tener intereses irreconciliables.

Gane quien gane, dicen los observadores, el derrotado no aportará nada al candidato priísta; por el contrario, le restará las fuerzas y cuadros acumulados en la precampaña.

Y son dos los escenarios previstos:

Si gana Alfonso Elías Serrano, los seguidores de Ernesto Gándara deberán regresar al ostracismo donde los ha mantenido del PRI Sonora de Bours durante estos seis años.

Los gandaristas, es decir, todos los priístas que no pertenecen al equipo del Gobernador Bours ni se benefician de él de manera indirecta, deberán aceptar que no cuentan dentro de su partido, que sólo serán observadores de la política en los próximos seis años, como lo han sido en los seis años recientes, y que si quieren figurar en algo deberán buscar otros horizontes.

Quizá la posibilidad de cobijarse bajo el liderazgo de Manlio Fabio Beltrones, mantenga vivas las expectativas de los gandaristas, pero aún así la gran mayoría deberá seguir en la banca, rumiando su coraje por no estar cerca del equipo que tome las decisiones importantes en Sonora.

En el segundo escenario, con un Ernesto Gándara hecho candidato a fuerza de votos, el hasta hoy importante y numeroso grupo de priistas-boursistas se irá extinguiendo de manera inevitable, y sólo sobrevivirán aquéllos que tengan la habilidad para convencer a los demás de que nunca fueron tan boursistas como juraban ser.

Éstos que han saboreado de las mieles del poder en los seis años recientes, deberán enfrentar la tragedia que viven los perdedores: Estar fuera de los círculos de poder. Ser unos Don Nadie en la vida pública sonorense.

Ante estos escenarios previsibles, la elección del precandidato priísta se prevé como un choque de trenes con pérdidas por ambos lados.

Hay una tercera opción que pudo tener fuerza en el pasado, pero ahora es poco probable:

Que los perdedores asuman la tradicional disciplina priista y se hagan a un lado, a esperar pacientemente que alguien los tome en cuenta.

Pero la presencia de un candidato que atraiga a sus rivales internos para reforzar a su partido, tiene más sentido si gana Gándara. Con Alfonso Elías como candidato es menos probable.