La Reforma, ataque a la libertad: Azcárraga

Miami.- La reforma electoral aprobada por el Congreso de México la semana pasada es un ataque a la libertad de expresión y no es "buena para la democracia", afirmó Emilio Azcárraga Jean.

El presidente de Televisa aclaró que no rechaza la reforma por una cuestión de pérdida de ingresos para su empresa, sino porque mitiga la libertad de expresión de los medios sin lograr una reducción real del coste de las campañas electorales o del coste de la democracia.

"A nadie le gusta perder clientes y Televisa va a perder 70 millones de dólares, pero seguiremos siendo una empresa institucional y respetuosa con la ley aunque considere que no es algo bueno para la democracia", dijo Azcárraga.

El presidente de Televisa intervino hoy en la Undécima Conferencia de las Américas en Miami con un discurso sobre "Los nuevos desafíos a los medio latinoamericanos" que estuvo centrado en gran parte en su rechazo a la reforma electoral de México.

Esta reforma constitucional, aun pendiente de aprobación de los congresos de los estados y de la promulgación del presidente Felipe Calderón, reduce los gastos y la duración de las campañas, y prohíbe a los partidos comprar espacios propagandísticos en radio y televisión.

Este punto ha indignado a las cadenas de radio y televisión de México porque perderán millonarios ingresos.

Televisa ingresó el año pasado 70 millones de dólares por los programas vendidos a los partidos políticos, lo que representa un 2,6 por ciento del total de ingresos por publicidad en 2006, según dijo hoy Azcárraga en Miami.

Algunos medios mexicanos han criticado que ciertos ejecutivos de Televisa han gestionado esos programas de propaganda a través de sus propias empresas como TVPromo, cuyo dueño es Alejandro Quintero Iñiquez, quién a su vez es vicepresidente de ventas de Televisa.

Emilio Azcárraga insistió en que no está preocupado por la pérdida de ingresos -"encontraremos otros clientes o crearemos nuevos productos", dijo-, sino por el efecto pernicioso de la intervención del estado en la regulación de las campañas electorales.

Criticó también que la reforma establezca que una cadena o emisora pueda ser sancionada cuando se producen "acciones violatorias" contra el sistema democrático.

Azcárraga dijo que eso es un riesgo contra el sistema democrático y la libertad de expresión, ya que se pueden producir situaciones similares a Venezuela donde una cadena puede ser suspendida por 72 horas.

Al aprobar la reforma, los legisladores mexicanos destacaron que la restricción en la contratación de espacios publicitarios eliminará la influencia de los medios de comunicación mexicanos sobre la vida política y dará mayor equidad a la contienda electoral.

Azcárraga, por otro lado, subrayó que su empresa está abierta a la competencia dentro de su país y también desea competir para abrirse un hueco en el gran mercado hispano de Estados Unidos, después de la venta de su participación en Univisión.

Altos ejecutivos de Televisa están, en estos momentos, analizando diversas estrategias y estudiando una eventual compra de Univisión o de Telemundo, propiedad de NBC, para acaparar el mercado hispano.

Televisa y Univisón mantienen vigente un contrato que vence el año 2017 y por el que la cadena de televisión mexicana debe vender toda su producción propia a Univisión. "Queremos competir en nuestro territorio y en este territorio (de EEUU). Queremos tener también oportunidades de competir aquí", dijo Azcárraga tras subrayar la importancia del mercado hispano y rechazar que los latinos sean ciudadanos de segunda.

Han conseguido "construir un país latino de primera", dijo.