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40 Aniversario del Sargento Pimienta

Manuel Sosa
Lunes 04 de Junio de 2007
 
Cuarenta años del Sargento Pimienta Manuel Sosa Estuve tentado a titular este artículo “It was fourty years ago today”, pero sé que otros se me han adelantado. Es el título perfecto.
Hoy hace 40 años del debut discográfico del álbum más grande de todos los tiempos: Sgt. Pepper's Lonely Hearts Clubs Band. Y en esto incluyo álbumes de otros géneros musicales. Pudiera decirse que por el simple hecho de haber sido el primero, pero no siempre la puntualidad equivale a primacía. Anteriormente, Brian Wilson lo había intentado aunando un puñado de canciones, escritas y arregladas para impresionar al mismísimo Hacedor, con Pet Sounds. Pero pensó solamente en el aspecto musical.
En aquella época, un disco de larga duración (long play) se componía con éxitos, a los que sumaban canciones de relleno.
Los Beatles hicieron el Álbum en Sí. Se estuvieron unos cinco meses tratando de hacer un disco que fuera diferente, a como diese lugar; y lo lograron. No sólo se esmeraron en la factura de los temas a incluir, sino que fueron al extremo, buscando efectos electrónicos y subliminales con voces, sonidos e instrumentos.

La idea era representar un show, donde los Beatles actuasen como otro grupo. De ahí que no hubiera interrupciones durante la audición del fonograma, excepto en el lógico cambio de una cara a otra.
Las letras son excelentes, y en dos o tres canciones rozan lo puramente poético.
Por primera vez se imprimieron en la manga de carátula, para que nadie se perdiese una palabra.
Otra primicia: nunca antes habíanse desprendido los singles del long playing matriz.

Para redondear su empeño, encargaron una inusual representación de portada: los artistas al final del show, posando con miembros de la audiencia.
Esa audiencia tenía que ser especial, por lo que cada uno tuvo a su encargo redactar una propuesta de personajes célebres.
Como es de suponer, la de Lennon fue la más interesante: incluía a Jesús, Gandhi y Hitler.
Y claro, le pasaron a esa lista una buena cuchilla de correción política. La de Harrison, ya comenzando a abandonarse de las cosas del mundo físico, propuso varios gurús. Recuérdese que Harrison era un impresionable muchachito de 23 años.
Y el fastidiado Ringo argumentó que lo que sugirieran los demás estaba bien para él. En la confección participaron además Peter Blake, quien realizó el montaje, y el galerista Robert Fraser. La foto la tomó Michael Cooper.
Entre los representados estaban Poe, Bob Dylan, Aldous Huxley, Dylan Thomas, Oliver Hardy, Marx, Wells, Brando, Wilde, Shaw, Lewis Carroll, Einstein, Marilyn Monroe, Stan Laurel, etc. Hubo alguien, el actor Leo Gorcey, que pidió ser renumerado. Y lo eliminaron (hoy nadie se acuerda de él).

Cierto es que en el arte, y en lo que sea, se puede escalar aún más.
Por ejemplo, si en vez de usar los temas Within You, Without You y When I'm Sixty-Four hubieran usado Strawberry Fields Forever y Penny Lane, grabados en las mismas sesiones, el resultado hubiera sido descomunal.
Una pedrada para hacer añicos el gong de las redenciones.
El mérito del resultado definitivo debe incluir a George Martin, el ingenioso productor y orquestador; los ingenieros al mando de Geoff Emerick, y al equipo de ayudantes del grupo en general.

Para celebrar los 40 años de semejante acontecimiento, quisiera reseñar brevemente cada una de los temas, por su orden en el disco.

1- Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band: Como tema de introducción al disco y al show, presenta al ficticio cantante Billy Shears (Ringo) y saluda a la audiencia, que les vitorea entusiasta. El uso de una banda de retreta es un detalle exquisito, que interactúa con el grupo sin sonar como algo forzado. McCartney compuso este motivo, algo en lo que siguió especializándose con fortuna.

2- With a Little Help From My Friends: Es una típica balada beatleriana, escrita para la voz de Ringo, quien se ocupa de entonarla con una rara ensoñación y ternura. Dialogan con él las voces punteras, y uno se olvida de que es el baterista quien ha cogido el micrófono. Lennon decía que si Ringo no hubiese integrado Los Beatles, de todos modos se hubiera convertido en una celebridad. Cuando oigo esta canción, llego a creerlo.

3- Lucy in the Sky with Diamonds: Agárrense, compositores, que aquí se puso la cosa seria. Una letra surrealista en un tema pop. De aquí bebió todo el mundo, incluyendo a Los Rolling Stones, quienes imitaron ese ambiente onírico en su disco émulo Their Satanic Majesties Request, sin buenos resultados.
Inspirado en un dibujo de su hijo Julian (Lennon dixit), generó una graciosa controversia, pues se le señalaban las iniciales LSD como alusión soterrada al popular alucinógeno. Lennon, con su humor oportuno, se defendió dando la referida explicación y dijo que se iba a poner a buscar entre otros títulos, a ver qué iniciales y mensajes encontraba.

4- Getting Better: Lo más espectacular de esta canción es el brillante uso de instrumentos y voces, que salvan lo que hubiera podido ser una balada entre tantas. La letra irónica de que “va mejorando, va mejorando siempre”, da fé de la recuperación de quien ha sido el prototipo de súbdito, un britanoide inconforme y violento, que ve por fin cómo las cosas se van arreglando a su alrededor.

5- Fixing a Hole: Demuestra que McCartney, cuando se lo proponía, podía batirse pluma en mano con el innovador Lennon. Letra y música en su máxima disposición. Y nada más, sólo escucharla.

6- She's Leaving Home: Aquí participan las voces líderes, pero es casi todo McCartney, en otra muestra de lirismo y enfoque. La mano de George Martin es más que evidente, haciendo el arreglo orquestal como fondo único. Y Lennon tuvo que haber metido algún plumazo. Cuenta la historia de la típica jovencita que es forzada a abandonar el hogar, debido a la incomprensión de sus padres. En manos inexpertas, el tema hubiera sido de una trivialidad para revistillas, pero el autor logra la necesaria ternura como dosis de credibilidad. 7- Being for the Benefit of Mr. Kite: Un tema rarísimo, como circense, donde se enumeran proezas de ese medio, escrito por Lennon en otro de sus ataques oníricos. Los ingenieros de sonido tuvieron una compleja tarea en sus manos, hacer sonar aquella pieza medio fantasmagórica, medio burlona, en una atmósfera de órganos de cuerda y teclados recién hechizados. Recomiendo escuchar la canción en estado de lucidez, sin haber tomado o fumado nada. Es que abre un par de puertas caprichosas muy difíciles de cerrar.

8- Within You, Without You: Aquí se le sube demasiado el hinduísmo a Harrison. Le había quedado bien, en el disco anterior, como anotación personal en torno a la trascendencia. Si hubiera recortado la duración del tema, otro resultado se observaría. Pero se pone a filosofar sobre las gentes que se esconden tras un mundo ilusivo y lo mezcla con la idea de que el amor lo salva todo, y luego reitera de que se pierde el alma cuando se gana lo material, y así por el estilo. No estaba mal para su época, pero aquello sonaba y suena a adoctrinamiento a orillas del Ganges.
Esta atracción de los grupos rock por las religiones asiáticas llegó a extremos ridículos (exceptuando a Harrison, cuyo interés era auténtico, y vivió y murió como hombre entregado al dios), y a la vez abrió sendas al conocimiento cultural, por la vía musical, de esos países. Como caso interesante: en Hispanoamérica, nuestro rock se apoderó de sonoridades arábigas. Ejemplos fueron Los Pasos, Los Puntos, Los Salvajes y Los Lone Star.

9- When I'm Sixty-Four: Una cancioncita para refrescar, típica de aquellas obsesiones de McCartney por la sonoridad candorosa. Es novedosa la introducción de la jazzy orchestra. La letra es pasable, casi adorable. Pero es irónico que los 64 cogieran a McCartney a punto de divorciarse de su segunda esposa, quien no quiso “need him or feed him when he was sixty-four”.

10-Lovely Rita: Inspirada en hechos reales, cuando al bajista beatleriano le impusieron una multa, pese a su status de ícono mundial. Es una pieza agradable, que le gusta a todo el mundo, y de la cual no tengo otra cosa que decir.

11-Good morning, good morning: Más retos para los ingenieros, que tuvieron que usar bancos de sonidos, orquesta de metales y sumarles a la toma escogida. Lennon recorriendo sitios familiares, escribiendo una letra difícil de entender, por lo referencial. Quien se imagine que el titulito es inocente, va a tener un abrupto despertar, pues es una de las canciones más agresivas de Los Beatles.

12-Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (Reprise) : El mismo tema de inicio, y ahora de terminar, con cambio de letra: el grupo se despide de la audiencia, pues es hora de partir. Esto de hacer reprises fue otro descubrimiento de los de Liverpool. Sólo que los artistas necesitados de ellos, con frecuencia los usan para suplir el espacio que les falta en sus discos.

13- A Day in the Life: De esta, la mejor pieza del álbum, se ha escrito mucho. La idea parte de la lectura que hace Lennon en un diario. Otra idea, comenzada por McCartney, fue insertada (pasted) en la mitad, pues guardaban semejanzas en el tono narrativo.
Fue aquí donde el trabajo de equipo dió muestras de genialidad: los músicos, los ingenieros, el arreglista y orquestador, los ayudantes (si se aguza bien la oreja, se puede escuchar el conteo que va haciendo Mel Evans durante el crescendo orquestal).
Cada detalle del “golpe de gracia” fue bien pensado, cada uno como elemento de elocuencia y gracejo. Es la coda perfecta para una obra perfecta.
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