Las series finales de conferencias de la NBA, de donde saldrán los dos contendientes por el campeonato 2025, han demostrado que los "grandes monstruos del baloncesto" no son indispensables.
Cuando los Lakers alinearon a Luca Doncic junto con LeBron James, las apuestas marcaban a favor de un invencible equipo al que difícilmente se podría doblegar.
Con Stephen Curry lesionado por su "edad" -ya no es un novato- Golden State fue un equipo más en el play off.
Y Nícola Jokic con los Nuggets no fue en play off el super jugador de la temporada regular que podía inclinar a favor de su equipo la balanza de los partidos reñidos.
El super alero de Celtic, Jason Tatum, quedó en el hule frenado por una lesión.
Adiós a las superestrellas del baloncesto.
Es tiempo ahora de los Anthony Edwards y otros no tan conocidos que suben como la espuma en estos días.