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El fin de semana nos trajo tres versiones diferentes de un mismo deporte, el futbol tal como se juega en Sudamérica, Europa y en Centroamérica.
En el mítico Maracaná de Brasil, Argentina se coronó campeón de la Copa Sudamericana en un juego que dejó mucho que desear respecto a las expectivas que se tenían previas al encuentro de los dos mejores equipos del continente.
Ganó Argentina, se consumó el "maracanazo" y por fin Lio Messi ganó un campeonato importante con la albiceleste, pero fue para el astro argentino una de sus peores demostraciones sobre la cancha al fallar dos goles casi hechos, pero sobre todo al exhibir un rendimiento muy alejado de la máxima plenitud que tuvo hasta hace poco pero que al paso de los años ha ido perdiendo.
Natural, es un hombre de 35 años, la elasticidad muscular se pierde y parece que Messi ya está en franco declive.
Al día siguiente, el domingo, Italia e Inglaterra dieron una demostración del mejor futbol al empatar en tiempo normal y tiempos extras hasta decidirse el partido en penalties a favor de la squadra azurra.
Estilo europeo, de fuerte contacto físico y técnicamente bien planteado. Dos equipos en su mejor momento después de varios años de oscuridad.
Este es el futbol que los buenos aficionados quieren ver siempre.
Y para terminar, el empate de México vs. Trinidad Tobago no es nada extraño a un torneo de mediocres, pero muy inflado en nuestro país por la mercadotecnia que acomapaña a la selección tricolor cuyo único "valor" es ganar la Copa de Oro en un país de ciegos donde el tuerto es rey.
Pero atención: Estados Unidos está por demostrar que es la mejor selección del área, sí, mejor que el Tri.
