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La narración de los cronistas se enfocaba de manera especial en las limitaciones y la inevitable caída del "Alacrán" Berchelt, pero lo importante de la función fue el ascenso de Oscar Valdez a la cima del boxeo mundial.
Lo esperado era una pelea al tú por tú con el dominio previsible de Barchelt, después de todo un gran campeón, un boxeador que había dado peleas espectaculares.
Pero enfrente de él estaba un Oscar Valdez no menospreciado, pero sí puesto por los cronistas en un plano inferior al "Alacrán". Hasta que empezó la pelea y desde la primera campanada se fue imponiendo el estilo y la inteligencia del nogalense que con una táctica impecable pegaba y salía con finos movimientos de cintura mientras su oponente se veía incapaz de descifrar y neutralizar esos ataques.
Así transcurrió la pelea, con ritmo verttiginosos del ataque de Valdez y el esfuerzo infructuoso de Berchelt por detener la andanada de golpes que se le venía encima.
Hubo dos o tres rounds donde parecía que Berchelt quería regresar e imponer su categoría de campeón pero sólo consiguió adelantar el terrible desenlace, un golpe contundente en el rostro que lo sacudió salvajemenrte hasta postrarlo en la lona.
A partir de hoy Valdez será, junto con el Canelo Álvarez, el pugilista a seguir por la afición mexicana. Las próximas peleas del sonorense tendrán el condimiento de la emoción por ver a un campeón enorme, enoooorrrmmeeee, plantado en la cima del boxeo.
