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Luis Suárez, delantero letal, jugador con la típica garra uruguaya, uno de los mejores del mundo durante varios años, cimbró de emoción el Nou Camp con sus goles y se convirtió en el consentido de la afición del Barca, tal vez el segundo después de Messi.
Tiene un contrato millonario que en su último año alcanza la cifra de 15 millones de euros.
Todo eso se fue al carajo por la decisión del nuevo entrenador del Barca. Luis Suárez no es parte de sus planes.
Lo que sucede con el uruguayo es lo mismo que pasa a todos los deportistas profesionales. buenos, malos, regulares y hasta a los cracks como Suárez.
El tiempo no pasa en vano y su rendimiento empieza a declinar, ya no reaccionan con los reflejos, la velocidad y la fuerza que se requiere durante los 90 minutos del partido, en el caso del futbol, y sucede en todos los deportes.
Lo llamativo en este caso es que Suárez aún puede ser el centro delantero, el goleador implacable que necesitan muchos de los grandes clubes del mundo. Cuando menos un año más.
Y este año más es el que no le quiere ceder el Barcelona. Le queda al jugador un año más en su contrato que no quiere cumplir el club. Lo quieren fuera, vete ya, quieren que lo compre otro club y pague esos 15 millones de euros pendientes.
Una transacción económica, en eso concluye la carrera de un gran jugador con un gran club. Es el deporte profeisonal. Negocios son negocios.
