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Líderes en la primera vuelta y, hasta hoy, en la segunda, cuando ya quedan pocas series para que finalice la temporada, los Yaquis se han mostrado como un equipo arrollador y el más fuerte candidato al título 2019-2020 de la Liga Mexicana del Pacífico.
Después de varias temporadas, la directiva ha logrado conjuntar un equipo realmente competitivo que ya dio la primera satisfacción a sus seguidores con la llegada el pasado mes de enero a la serie de campeonato, que perdieron ante los Charros de Jalisco.
Casi un año después el equipo ha cuajado aún más y aparece hoy como el mandamás de la liga, sin un rival que le haga sombra.
El mérito sin duda es para el manager Sergio Gastélum y su cuadro técnico quienes han inyectado a los jugadores una mentalidad de conjunto, de equipo. Con ello Gastélum se ha convertido en pocos años en una de los mejores managers del beisbol mexicano.
La fría estadística de la Liga muestra que los Yaquis no tienen las mejores individualidades pues su mejor pitcher, Arturo López, está apenas en el octavo puesto de los diez mejores de todos los equipos.
Y entre los bateadores sobresalientes del circuito, el mejor colocado es el nipón Taiki Sekine, quien con sus .302 de promedio encabeza la ofeniva yaqui, seguido por José Aguilar y el carioca Paulo Orlando.
Destaca pues el conjunto sobre las individualidades y eso es lo mejor para cualquier equipo deportivo aunque de vez en cuando uno de sus integrantes tenga que vestirse de héroe.
Así llegará el equipo de Cd. Obregón a la postemporada, fuerte, arrollador.
Pero no debe caerse en un exceso de confianza ni alentar la seguridad de un campeonato más. Aún falta mucho para eso.
En el cierre de la temporada regular aparecerán problemas como la salida de Taiki Sekine, quien deberá regresar con su equipo allá en el lejano oriente si la directiva yaqui no consigue una ampliación de la licencia otorgada por los japoneses.
Sekine es una bujía cuyo ímpetu contagia a los demás jugadores y alborota a los aficionados. Sin duda su ausencia pesará, aunque deberá hacerse lo posible para que no pese tanto.
A partir de enero los equipos que jueguen en postemporada entrarán en otro ritmo y ya no será tan fácil superarlos e incluso se ha visto que una mediocre actuación en el rol regular no impide que un equipo tome un impulso ganador en play off y pueda vencer al mejor posicionado..
Eso puede ocurrir en enero y por ello nada está asegurado para los Yaquis. A partir del primer juego de postemporada tendrán que empezar de nuevo y todo puede suceder.
