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¿Quién era el mejor catcher, el que tenía un estilo inigualable para atrapara los foules elevados detrás del home?
Con el guante pegado al cuerpo, como si atrapara la pelota con una canastita, así era el estilo del Paquín Estrada.
Quienes lo vieron jugar nunca olvidarán a ese regordete detrás de home, donde dirgía a los pitchers y ubicaba a jugadores de cuadro y fielders en el lugar exacto para armar la defensiva correcta.
Los más jóvenes tal vez lo recuerden como el manager campeonísimo, aquí en la LMP y en la LMB.
De paso breve por Ligas Mayores, el Paquín dio mucho al beisbol mexicano, fue sin duda uno de sus más grandes referentes como lo han sido Héctor Espino, Aurelio Rodríguez, Fernando Valenzuela y unos cuantos que han trascendido la fama momentánea de pocas temporadas donde nacen y desaparecen ídolos de paso.
La última vez que lo vi no fue en un estadio sino en un casino. Yo hacía un reportaje sobre la ludopatía y alguién me dijo al oído: Mira, allí está un ludópata famoso. Era el Paquín vestido con ropa deportiva, pans y chamarra de nylon, que iba muy serio observando de máquina en máquina como si buscara su talismán de esa noche.
Luego me enteré de que iba y venía por los casinos de Navojoa y Cd. Obregón, cuando no en otras ciudades, y fue allí donde dicen que perdió mucho de lo que había ganado como beisbolista profesional. No me consta si fue así como dicen, pero aquella noche que lo vi en el casino percibí la ansiedad de los ludópatas.
Luego nos enteramos de la muerte de su esposa y de la solidaridad de los amigos que le ayudaron económica y emocionalmente en ese episodio. Hace unos días leí una crónica de Elia Casillas que lo dibuja de cerca, como los compañeros que siempre fueron.
Y en los días recientes se habló de su internamiento en el hospital del IMSS aquí en Cd. Obregón. Rezaron por su recuperación, hoy rezan por su eterno descanso.
Y sí, descanse en paz el Paquín.
Quienes lo vimos detrás de home lo recordaremos siempre así, como el catcher casi perfecto que fue.
