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Quedan tres series de la segunda vuelta y los Yaquis, que ahora están en el lugar 7 de la tabla, casi en el sótano pues, pueden recomponer el paso, tener un desempeño de regular a bueno en los nueve juegos restantes y con ello asegurar su pase al play off.
Con una racha como la que tuvieron antes de terminar la primera vuelta, cuando ganaron tres series seguidas, y por lo apretado que hoy aparece el standing, incluso podrían acercarse al liderato de esta segunda vuelta.
Se dice fácil, pero el desempeño y la fisonomía que han mostrado los Yaquis en la segunda vuelta no permite albergar muchas esperanzas. Hoy el equipo parece abatido de antemano y a veces ni siquiera parece un equipo, con jugadores que llegaron de un momento a otro para suplir a otros que tuvieron un mal desempeño, un equipo remendado con extranjeros de baja calidad y con jugadores nacionales que, salvo excepciones, no cuajan o no son decisivos, además de un staff de pitcheo ordinario y sin mayores alcances, salvo la notoria excepción de Arturo López.
Yaquis hoy parece un equipo remendado, de calidad doble A, idóneo tal vez para ligas como la Veracruzana o las que se juegan en Nayarit y el Bajío. Un equipo al que le sacan fácilmente juegos que empieza ganando.
La temporada debería haber sido mejor, como corresponde al estreno de un nuevo estadio y al entusiasmo de los aficionados que han hecho buenas entradas, pero hasta hoy la nave de Eddie Díaz sigue a la deriva y empieza a llenarse de agua.
Esperemos que el buen timonel dominicano y alguno de sus marineros saquen la nave a flote y no nos dejen con un enero frío, la economía golpeada y sin la alegría de los play offs.
