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Alfredo Amézaga e Iker Franco, dos artífices del tricampeonato de los Yaquis, salen del equipo al ser intercambiados por Oscar Villarreal y Omar Gastélum de los Tomateros.
El "Fello" e iker, dos héroes de aquellas noches inolvidables que quedaron grabadas para siempre en la mente de los aficionados cajemenses, cuando los Yaquis alcanzaban la hazaña de ligar tres campeonatos de la LMP.
Noches frías de enero que se transformaban con el calor de un afición enloquecida de felicidad, de admiración por el el guante mágico de Amézaga en el shortstop y la fuerza colosal de Iker Franco detrás del home. Fildeo y bateo oportuno, exacto cuando era el momento de explotar.
Ellos con los Douglas, Valencia, Contreras, Ayala y otros peloteros que lidereados por Eddie Díaz escribieron el mejor episodio en toda la historia, hasta hoy, de los Yaquis.
Pero el tiempo pasa y cobra factura. El Fello e Iker no tuvieron una campaña buena en la temporada reciente, más bien fue una campaña mediocre, muy por debajo del rendimiento a que nos tenían acostumbrados.
Y agregado esto a factores objetivos como la comercialización del deporte y la ausencia de una identidad real en los equipos actuales, hace que los jugadores emblemáticos en un momento de su carrera sean desechados como simples mercancías que ya no rinden utilidades.
Se van Fello e Iker pero es seguro que en la próxima temporada, cuando se presenten a batear como jugadores visitantes y vistiendo el uniforme de otro equipo, la afición yaqui les dará el aplauso más fuerte y cálido que les pueda dar.
