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Poco a poco los Yaquis empiezan a enderezar el rumbo. Aún no salen del penúltimo lugar, pero ya juegan con más consistencia y se ganan series que hasta hace unos días parecían imposibles.
La más reciente, el pasado fin de semana, lo hicieron en Hermosillo, ante una fanaticada naranjera de casi 16 mil personas que asistieron al estadio Sonora con la esperanza de ver a su equipo imponerse en la serie a los odiados -y envidiados- tricampeones de Cd. Obregón.
Sí, porque la afición naranjera trae clavada la espinita de la hazaña realizada por la tribu que les inauguró el estadio en la pasada Serie del Caribe y de paso se quedó con el título clásico de la pelota invernal. Desde entonces a los de Hermosillo no los calienta ni el sol cada vez que se habla de enfrentar a los Yaquis.
Pues el deseo de ganarles la serie se quedó en eso porque los de Eddie Díaz jugaron buena pelota, les dio el beisbol y derrotaron a los Naranjeros este domingo para recordarles quién es el Tricampeón.
Los Yaquis parecen estar de regreso, hay optimismo y mejor ambiente en el equipo.
Pero no nos adelantemos, todavía quedan series cruciales antes de terminar la primera vuelta.
