Hace apenas unos días, cuando al entrenador del Manchester United se le planteó por qué no utilizar más seguido los servicios del mexicano Javier Hernández como titular en la alineación, Fergusson respondió:
"Chicharito es un revulsivo que utlilizo por estrategia como cambio".
Perfecta respuesta, muy diplomática, pero también muy mentirosa porque trata de encubrir una realidad objetivoa: Para Fergusson, Chicharito es un jugador de banca, un suplente al que puede recurrir cuando los titulares le fallan.
Así nomás.
La verdad es que el delantero mexicano ha demostrado su capacidad para ser titular del Man-U o de cualquier otro gran equipo a nivel mundial, sea el Bayern Munich, el Inter de Milán, la Juve, el Barça... o el Real Madrid.
El promedio de goles que Chicharito tiene en su paso por la Premiere League, una de las ligas más fuertes del mundo, si no es que la más fuerte, es el dato objetivo para considerarlo en la élite de los mejores goleadores de estos años.
Sin embargo, Fergusson lo ha reducido a ser un jugador de banca y es sabido que en lo duro de la banca hasta los más gandes jugadores pierden ritmo, se aflojan y no pueden dar su máximo rendimiento.