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Mañana sábado se volverá a vestir de manteles largos el Recinto Histórico del Club Yaquis, estarán entronizando al Manager Campeón de la 1980-81 el estadounidense Lee Sigman. La cita es a las 17Hrs. en el épico espacio museográfico del bicampeón, se espera la presencia del trío de poder de la tribu local y de personalidades del pasado, lo que debe de hacer del evento uno inolvidable.
Cuando hablo del tercer campeonato del #YaquisBaseball, me necesito remontar a mi infancia, tenía 11 años pero recuerdo cada juego de esa campaña ya que en ese año no falté a un solo partido ni en la temporada regular y mucho menos en la post-temporada.
Eran tiempos diferentes donde mis prioridades en la vida eran otras, eran épocas donde el resultado de los Yaquis era lo único que movía mi vida, el ir al estadio era un momento mágico, entrada por entrada soñaba con que este equipo, el de mis amores quedara campeón. Aún cuando en gira, escuchaba en un viejo radio las acciones, no perdiendo ni por un segundo las incidencias, las voces de los cronistas eran el vínculo perfecto entre mis Yaquis y un servidor.
Pasaban los meses y los juegos y el equipo funcionaba a las mil maravillas, jamás había tenido la oportunidad de sentirme orgulloso de la tribu, los campeonatos pasados no los había vivido, el de 1965-66 (aún no nacía), y el del 1972-73 (era muy chico para comprender). Pero este si, había un química muy especial, no se si por la energía positiva de mi padre de llevarme sin cesar a cada partido, dándome un tutelaje y enseñando a fondo este bello deporte, o si era porque mis amigos (Chemaly, Vicente, Roberto y Luis Fernando), al igual que yo, asistían a cada encuentro; pero algo sucedió, un enamoramiento de fanático a club.
Por años he podido recitar los lineups, los jugadores, los protagonistas, los ídolos locales, los extranjeros, los que llegaron a préstamo, los que se tomaron de refuerzos, enumeremos. Ese año fue sumamente especial. Un carrusel de emociones.
A Green, Bryant, Leo, "Chito", Navarrete, Villaescusa, "Chino", los veía como miembros de mi familia, me emocionaba cuando triunfaban y me aguitaba cuando fracasaban. Cada cinco días que se subía a la loma Mike Paul o Arturo González o cada vez que metían a José Antonio Limón, mi corazón se aceleraba por las satisfacciones que me daban.
Y ni que decir, la cereza en el pastel, cuando el entonces Presidente del Club "Chemaly" Parada tomó de refuerzo a Eleno Cuen sobre Jeffrey Leonard, ese momento cambió nuestra historia, hizo que nuestro nivel se elevara y nos diera la oportunidad de lograr lo imposible.
Llegó Eleno Cuen a enfundarse de Yaqui, el hombre que nos llevó de la mano, batiendo al imbatible, derrotando al multi-campeón, venciendo al Grandesligas. Hermosillo, Naranjeros, Maximino León a ellos en respectivo orden les derrotó rumbo a la primera corona para mis memorias.
La única que tuve oportunidad de disfrutar como aficionado o fan. Las cuatro subsecuentes (2007, 2010, 2011, Mayagüez) las he disfrutado al máximo, pero en una forma diferente, dentro del vestidor, con total acceso a la nota, los jugadores, directivos, cuerpo técnico. Yo finalizaría o encapsularía todo diciendo: "La primera se sintió como una película de Disney, y las últimas cuatro como un multi-galardonado filme de Oliver Stone".
Lee Sigman, gracias por ese campeonato, por las memorias, por ese título que se quedó conmigo. Eres ya un Inmortal.
Por hoy se acabó, nos vemos en el estadio.
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