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NUEVA YORK.- A pesar del comportamiento poco apropiado que tuvieron los aficionados de los Yanquis de Nueva York con la esposa del lanzador estelar de los Vigilantes de Texas, Cliff Lee, el proceso de negociación para que la novena neoyorquina contrate al serpentinero sigue su rumbo.
Durante el tercer juego que se disputó en el Yankee Stadium de la serie por el título de la Liga Americana entre los Yanquis y los Vigilantes, los seguidores de la novena local dijeron obscenidades y lanzaron vasos con cerveza y escupieron en dirección de Kristen Lee, esposa de Cliff.
Pero ni el lanzador ni su esposa pretenden cambiar su decisión de ir a vivir a Nueva York, una ciudad que de acuerdo con sus declaraciones, disfrutan, mientras que los Yanquis tampoco piensan modificar sus planes de contratar al estelar zurdo.
"Es imposible controlar a 50 mil personas, algunas de ellas estaban escupiendo en dirección donde estaba mi familia, decían cosas, y es algo desagradable, pero qué se puede hacer", dijo el lanzador.
Agregó que "no conozco a quién lo hizo, pudo ser cualquiera, pero no lo sé, además a quién le importa quién es", argumentó Lee.
Mientras que los Yanquis mantienen vigente su objetivo de hacerse del zurdo, a quien podrían ofrecerle un contrato de entre cinco a siete años con un valor que podría ir de entre los 100 millones de dólares y los 150 millones.
Lee ayudó a los Vigilantes a derrotar a los Yanquis en seis juegos en la serie por el título de la Liga Americana, pero ha sido cada vez más fuerte el rumor de que los Yanquis están interesados en hacerse del lanzador cuando se convierte en agente libre al concluir la presente campaña.
De hecho el pasado agosto los Yanquis ya quisieron conseguir su traspaso de los Marineros de Seattle, pero los Vigilantes les dieron mejores prospectos y por eso no se fue con los Bombarderos del Bronx para quienes luego se convirtió en su verdugo.
Durante el proceso de negociaciones para el traspaso, Lee, gran amigo y ex compañero del zurdo C.C. Sabathia, el abridor estelar de los Yanquis, con el que coincidió cuando jugaban ambos para los Indios de Cleveland, le ayudó ya a buscar el mejor lugar para encontrar residencia en Nueva York.
Ahora todo parece indicar, que al margen del comportamiento de algunos aficionados, Lee y su esposa siguen pensando que Nueva York es el mejor destino posible para un lanzador que tiene 33 años y al que la aguarda un contrato de más de 100 millones de dólares garantizados con el equipo más poderoso de las Grandes Ligas.
