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Silvia Pinal nació el 12 de septiembre de 1931 en Guaymas, Sonora. Comenzó a hacer teatro al final de los años cuarenta y de ahí saltó al cine con papeles secundarios: su primera película fue Bamba (1948).
No tardó mucho en empezar a trabajar con las figuras más importantes del momento como protagonista; comenzó por El rey del barrio al lado de Germán Valdés “Tin Tan”, con quien estelarizó cinco películas.
Pero “la Pinal” no estaba conforme con las cintas comerciales, sus aspiraciones apuntaban lejos: era, según sus propias palabras, “la más ferviente” admiradora de Luis Buñuel y no iba a descansar hasta trabajar con él, aunque fuera de extra.
Junto a su marido Gustavo Alatriste viajó a España, en la década de los sesenta, dispuestos a convencer al director de que aceptara trabajar con ellos. Fue Francisco Rabal quien se los presentó durante una cena, en un hotel de Madrid.
“¿Quién es este señor? ¿Y por qué quiere hacer cine conmigo?”, le preguntó Luis Buñuel a Silvia Pinal. Ella le contestó que era su marido y que lo hacía porque la amaba. Esa le pareció una buena respuesta al español.
“Es una vanidad muy grande la que voy a decir, pero yo escogí a Buñuel, no él a mí. Cuando conocí su obra me encantó, me enamoré de su cine, de su humor negro, de su manera de ser y supe que no descansaría hasta ser dirigida por él y lo logré”, cuenta la actriz en una entrevista para la prensa.
Doña Silvia afirma que Buñuel no era buen comerciante y que no cobraba mucho. A cada presupuesto del cineasta, el productor le daba un cheque firmado por el doble.
Esa primera producción, Viridiana (1961) se convirtió en la única película hispana en ganar la Palma de Oro en el festival de Cannes; Buñuel no pudo recoger la presea porque olvidó el frac, así que la Pinal la recibió en su nombre y aún la conserva. Silvia Pinal es la actriz que más trabajó con Buñuel, con quien también filmó el Ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965).
Aunque ahora afirma que prefiere la política al cine, Silvia Pinal es considerada la única diva viva de la época de Oro del cine mexicano, que tiene en su haber 86 películas hasta el momento, poco más de una por cada año de vida.
Además de las filmadas con Buñuel, algunas de sus películas más recordadas son: La mujer que yo perdí (1949), Un rincón cerca del cielo (1952) y El inocente (1955), al lado de Pedro Infante; La marca del zorrillo, al lado de Tin Tan; Los cuervos están de Luto (1965), adaptación al cine de la obra teatral de Hugo Argüelles y Divinas Palabras (1977), junto a Mario Almada y Juan Ibáñez; entre muchas otras.
