Su pasión por el teatro define a Carlos Valenzuela.
Desde que era un jovencito inquieto y desconocido tocó puertas aquí y allá para que le permitieran presentar sus actos de mimo, dio clases en donde le permitieran darlas, creó grupos teatrales, se preparó, acudió a conocidas academias de artes escénicas, volvió a Cd. Obregón, de nuevo abrió grupos teatrales y siguió picando piedara para desarrollar el teatro entre nosotros.
Si lo ha hecho bien o mal, esto queda en segundo plano pues lo importante ha sido su constancia de más de treinta años trabajando para impulsar la cultura teatral pese a todas las limitaciones que debe enfrentar alguien que emprenda una tarea similar.
Y aquí sigue Carlos Valenzuela, con la satisfacción ahora de que por fin se le han hecho los reconocimientos que merece su trabajo.
Felicidades, Carlos!