La Perfecta Dictadura

“Yo no creo que se pueda exonerar a México de esa tradición de dictaduras latinoamericanas (…) México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México (…) Tiene la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido que es inamovible.”
Vargas Llosa en una entrevista 

Esta frase que nos pintó políticamente de cuerpo entero a nivel mundial hace años, fue la inspiración para la comedia - sátira política denominada  “La dictadura Perfecta” (2014), la cual junto a “La ley de Herodes“ (1999)  y “El Infierno” (2010) parece formar parte de una hipotética trilogía “Promoviendo a México, a propósito de reformas “.

La película dirigida y producida por Luis Estrada (además del guion compartido) describe, pinta y no deja nada a la imaginación una realidad del sistema Político Mexicano (en cualquiera de sus niveles) enredado junto al poder fáctico del dinero y este del narcotráfico, en la película, aclaro.

Está presente también la esperanza de que “no todo está podrido en Dinamarca”. Así justifica el que escribe, que no es en lo general, que existen buenos políticos a quienes mayoritean incluso sus propios colegas.

En esta, se narra la historia  del político aquel de la Ley de Herodes, que soñó la gloria de ejercer la primera magistratura del país, aquí en la dictadura perfecta, no tan hipotético, con nombre, pelos y señales.

Recoge a través de la narratoria, chispazos de nuestro México que no necesitan mucha imaginación: La frase de Fox “Ya ni los negros”, El video-escándalo de Ahumada y los fajos de billetes, Los contratos de la televisora con el candidato ganador según el Guardián, Noroña a través del personaje Dip. Morales, El caso Paulette en las niñas secuestradas, el caso Cazzés en el montaje ya conocido, Y qué decir de algunas  tramas que no requieren mucha imaginación para ser encasilladas.

Estrada, al igual que Luis Spota y Rius con sus Agachados, pintan también no solo la trama, sino al espectador –lector que consume esas historias a la cual va implícito el mensaje impune. El consumidor de sueños cortados a la medida, el indiferente, indeciso, el de las tarjetas y la torta de cualquier color. El espectador-lector tampoco saldrá del guión establecido, eso lo saben Gobernación, los patrocinadores de la película y en el último lugar, creo, los creadores de la trama. Porque este no es un film de denuncia, protesta  o que invoque, motive  la concientización solo dice o refleja lo que cualquier ciudadano sabe o imagina, más bien es un film para ubicar a cada quien en su sitio en la sátira política: Gobierno, medios de comunicación, espectador, Pan y Circo.

Creo que el film o película no me sorprende en  su apología de la impunidad y el me-vale-madrismo del mexicano, son iguales que los narco-corridos,   se justifican porque son historias, realidades que pasan y no se pueden esconder porque hacen conciencia. La colombianización de la violencia entre quienes aspiran a controlar los mercados de la droga y los cuales son señalados en la trama, es algo tan común que lo vemos en los medios de comunicación y la prensa escrita, local, estatal, nacional, un día sí y otro también.

La película está muy bien realizada en lo técnico en formato digital 2 K y llevó 10 semanas, la producción quedó terminada en marzo del 2014, habiendo iniciado en enero 2013. El cine comercial es para ser éxito de taquilla, ganar estatuillas, menciones honorificas, alfombras rojas,  esta cumple el objetivo al recaudar en la primera semana 55 millones de pesos en 1500 salas cinematográficas donde fue estrenada el 16 de Octubre 2014.

Soberbia la actuación de Damián Alcázar como el Gobernador Carmelo Vargas, Alfonso Herrera como el productor Carlos Rojo,  Joaquín Cosío como Líder de la oposición, los demás, dependiendo el rango de experiencia, cumpliendo a secas su actuación.
 
Cuando leí a Estrada narrar que en la búsqueda por patrocinio, Televisa le entró al proyecto, pero que al examinar el guion intentó hacer algunos cambios, al no poder, quisieron  de alguna  manera cancelar, al final, creo se quedaron  y   me pregunté, ¿por qué? Al ver la película, que no pinta completamente a televisa (24 Horas, 30 minutos) es más me pareció más TV-Azteca (parecía más Alatorre, que López Dóriga, tal vez ahí “la sugerencia”), las caravanas de vehículos de transmisión nos recuerdan a las de Centroamérica y sus cargamentos.  Nos retrata a unos ejecutivos cumpliendo cabalmente su papel, sabedores que de no hacerlo bien la guillotina es inmisericorde, como le pasó al conductor televisivo (Saúl Lisazo). Los directivos de cualquier empresa llenan el perfil esperado a los intereses de cualquier corporativo de ese nivel que los contrata, ahí la capacidad aunada al servilismo será la diferencia entre el éxito o el fracaso. El film no   trasluce a los dueños para nada, ni Azcárraga, ni Salinas son ni siquiera insinuados,  de hecho puedo asegurar la trama ejecutiva es la misma en cualquier país del mundo, de algún modo me recuerda el libro “El Todo Poderoso” de  Irving Wallace.

Una de las libertades aprovechadas es que se establece el poder de los medio de comunicación televisivos para hacer “La caja china”, Crear culpables, denostar, chantajear, desviar la atención, apologar para bien y para mal como se dice” Encajar la espina en la llaga” Como el reciente reportaje de Denisse Maerker con el represo familiar del Gobernador Padrés donde se señaló hasta la exageración con helicópteros, satélites, enviados especiales: dimensiones, fechas, capacidades de almacenamiento, nombres de peones y habitantes de pueblos circunvecinos, cuando a kilómetros, tal vez metros, había presas o represos iguales en tamaño o menores ( pero represos al fin) de connotados políticos de oposición, sin ser tocados en el reportaje, ¿extraño, no cree usted lector?. No hablo de inocencias o culpabilidades, hablo de lo que en la película  señalan: la técnica o recurso de la “Caja China” manejada a la perfección, manipulación a la carta.

Le faltó, alguna parte en la trama del realismo mágico la cooptación a la oposición después de la muerte del diputado, ahí se trasluce solo a dos partes políticas cuando el pastel real está ahora con más comensales.

Al final, escondida detrás de una presunta libertad de expresión fílmica, me queda la duda si el mensaje de los grandes intereses es:   “no pasa nada”