En 1996, al no encontrar una casa editorial que publicara sus poemas, Armando Alanís plasmó su literatura en paredes de Monterrey, y nació así lo que hoy en día se conoce en Obregón y en muchas otras ciudades de México y el mundo como Acción Poética.
La primera barda que pintó decía: “Sin poesía no hay ciudad”. Después le siguieron muchas otras en donde plasmaba versos de su autoría y de otros reconocidos escritores. Tuvieron que pasar ocho años para que Acción Poética saliera de Monterrey y llegara a Argentina por medio de un amigo de Alanís.
Con la llegada de las redes sociales, el proyecto se hizo popular en otras ciudades de México y algunos países de Lationamérica, donde gracias a la iniciativa de jóvenes que gustan de la literatura Acción Poética se ha convertido en un fenómeno que con sus mensajes puede cambiar el día completo de muchos.
A Ciudad Obregón, Acción Poética llegó apenas en marzo de este año, cuando Carlos Aguilar Bernal, un joven estudiante de ITSON, quien ya seguía a Alanís desde meses atrás, se decidió junto con un amigo a pintar la primera barda con un mensaje idéntico al que usó Armando cuando inició.
“Desde enero estuve en planeación yo solo y me lo quise regalar de cumpleaños en febrero, yo cumplo años el 10, pero no pude, y fue hasta el 9 de marzo cuando le digo a un amigo ahora es cuando, tengo dinero, vamos a pintar Sin poesía no hay ciudad’”, recuerda.
Cuando Carlos sube a Facebook la primera foto de su obra firmada por Acción Poética, se despertó en jóvenes y adultos un interés por saber más del proyecto y comenzaron a contactarlo. En pocos días se integró un colectivo de cerca de 30 personas que hasta la fecha han pintado alrededor de 46 bardas.
“Yo no conocía a ninguno de ellos antes de esto, somos personas que en otras circunstancias, en otros momentos jamás nos hubiéramos conocido, yo creo que eso es lo más padre”.
Mientras pinta un nuevo mensaje en una barda de la colonia Villa Itson, Carlos asegura que la poesía puede representar para los jóvenes una forma de expresar sentimientos y al mismo tiempo un pretexto para intentar cambiar el mundo o salvarlo.
“Como lo dice Armando, el hecho de que la gente no lea poesía no significa que no la necesite, simplemente leer un mensaje puede cambiar tu día y a su vez ser como una especie de cadena que así llegue a generar un cambio, sería muy iluso pensar que solo escribiendo mensajes vamos a cambiar el mundo pero es el primer paso”, explica.
Cambio de paradigmas
En apenas tres meses como líder de Acción Poética Obregón, Carlos ya tiene un largo anecdotario para contar. Con una sonrisa en el rostro recuerda las críticas que recibió al principio por parte de quienes no conocían el movimiento y lo confundían con simple vandalismo.
“Como traigo muchos jóvenes no puedo pintar en la madrugada, tengo que pintar de día y mucha gente todavía piensa que jóvenes más pintura más una barda es igual a vandalismo. Al principio llegábamos a pedir una barda y (…) ahora nos las ofrecen”.
Cuando pintaban su tercera barda, los jóvenes de Acción Poética vivieron una experiencia que recuerdan con alegría. Habían escrito la frase “Qué puedo darte sino el cielo”, precisamente en la casa de una mujer que acababa de perder a su esposo a causa del cáncer.
Cuando la señora sale a ver la obra que habían realizado en su pared, sus ojos se llenaron de lágrimas y les dijo “es muy cierto lo que están pintando” y se sentó con ellos a platicarles un poco de su historia.
Satisfacciones
Para el iniciador de Acción Poética Obregón, la parte más satisfactoria de esta labor es cuando ve que los mensajes verdaderamente le llegan a la gente y cuando a través de Facebook las personas dedican y comparten los poemas que el colectivo ha plasmado en las bardas de la localidad.
Es común que mientras están pintando bardas, la gente se detenga ya sea a tomarles fotos o expresarles palabras de felicitación, que son recibidas con entusiasmo por los jóvenes que detrás de Carlos van rellenando las letras marcadas.
Saldrá de los muros
El colectivo juvenil tiene ya muchos planes para los próximos meses, destacando una exposición en el Museo Sonora a la Revolución, institución que desde hace algunas semanas apoya a Acción Poética con pintura y material para realizar sus trabajos, ya que cabe resaltar que los jóvenes no cobran un solo peso por pintar una barda.
“El director del Museo nos dice que las bardas exteriores son para lo que sucede ahora y lo que está sucediendo en este momento es Acción Poética”.
Carlos asegura que la idea es que Acción Poética no quede solamente en bardas, sino que se genere un espacio en el que los jóvenes puedan comenzar a crear arte y que se elimine esa sensación de que bardas, pintura y jóvenes es vandalismo.
Después se pretende empezar a generar talleres de poesía para jóvenes de todas las clases sociales. “Queremos que la poesía llegue a donde pertenece, a las calles y que una vez en las calles se genere más poesía por los mismos lectores”, menciona Aguilar Bernal.
“Solo sé que voy”
Cuestionado sobre si ya ha caído en cuenta del impacto que está teniendo en Ciudad Obregón su iniciativa de pintar bardas siguiendo los estatutos de Acción Poética, el joven universitario asegura que no se ha puesto a pensar en ello y que cuando inició tenía la idea de que nadie supiera quien estaba detrás de esos mensajes, pero le fue difícil vivir en el anonimato.
“Entendemos que ya hicimos algo para alegrar el día, para pasar a un aspecto público, pero realmente nosotros buscamos transmitir emociones, mensajes y que poetas o escritores locales vean en nuestro movimiento un aparador, que la gente empiece a reconocer que en Obregón hay escritores muy buenos y poetas muy buenos”
No sé quién soy todavía, soy Carlos Aguilar, de donde vengo no sabría explicarlo tampoco; soy estudiante de Ingeniería Industrial de ITSON, nací en Obregón he vivido en otras ciudades, y sí, quiero mucho a mi Obregón, no sé de dónde vengo ni a dónde voy, solo sé que voy”, concluye.
