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La migración en nuestro entorno nacional es un tema complejo, desatendido y poco comprendido, hasta llegar a la inconciencia y el desinterés.
Pedro Ultreras, joven cineasta zacatecano, tras una experiencia como reportero y corresponsal de guerra con la cadena Univisión, ha decidido incursionar en el cine documental, y nos presenta esta historia denominada simplemente como “La Bestia” (2010)
El documental se basa en un sólido guión, que describe historias de vejaciones, de sueños incompletos, como el caso del salvadoreño que anhelaba regresar a su país y construirle una casa a sus padres. De situaciones de dolor y dramatismo, como el caso de los testimonios de los migrantes víctimas de los accidentes del tren.
De hermanos asaltados y violados por pandilleros. O bien, el caso de la madre guatemalteca que espera resignada el paradero de su hijo desaparecido en la aguas del Río Bravo.
Pero también el guión nos asoma a historias de esperanza, de anhelos y sueños cumplidos, como el caso de Alicia Rivera, que comparte ante la cámara sus alegrías y sus sueños de lograr algún día el “sueño americano”.
El documental de Ultreras, nos lleva por kilómetros de vías férreas a lo largo de México. “La Bestia” es una invitación a iniciar, como relata uno de los entrevistados en el documental, un viaje a la entrada a una especie de “el Infierno de Dante”.
Presenciar la obra de Ultreras, es montarse en un tren para ser testigos de sueños roídos, de rostros de la desesperanza, risitas de nerviosismo, mar de historias de madrugadas de angustia cruzando montes a la espera de abordar el tren, en la penumbra del temor y la incertidumbre de ser asaltados.
El documental presenta también, la cara de la injusticia, el lado de lo que como país hemos dejado de hacer, y que ha repercutido en agravar una situación, ya de por si grave, que irrita, que indigna y llena de vergüenza como seres humanos.
Asistir a la proyección de “La Bestia”, es hacer un recorrido para analizar la miseria humana, la tristeza y el dolor de los que lo han dejado todo a veces por nada. Como espectadores de este documental, somos partícipes de recorrer caminos sin regreso, de arduas jornadas ante las inclemencias del tiempo y la naturaleza. Es un viaje a lomo de tren, desde Chiapas hasta Sonora, Nuevo León, pasando por Oaxaca, Veracruz y el DF.
El desenlace del documental, nos conduce a sueños inconclusos, historias de vida de sinsabores, de lágrimas que se pierden entre los rieles, pero también, porque no decirlo, de lágrimas que permiten alimentar y soñar con una vida mejor, matizada de esperanzas.
