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Sobre la marcha

Dr. Raúl Héctor Campa Gracia
Martes 27 de Septiembre de 2016
 

El nombre de este escrito: Sobre la Marcha; no es sobre el libro que escribió el sacerdote y médico español Luis de Moya, donde da su testimonio de vida, después de sufrir un accidente automovilístico y quedar cuadripléjico. Hace algunos años lo leí y casualmente el viernes 23 de septiembre próximo pasado, el Sacerdote lo envía como parte de un boletín que él publica con temas variados de reflexión y noticias de referencia de una corriente espiritual; parte de su apostolado y su devoción como sacerdote. Novedades Fluvium. Lo empecé a leer de nuevo.

El día 24 de éste mes (septiembre), me desperté temprano y el título del libro me recordó la Marcha que este día se realizaba por La Familia, organizada por el Frente Nacional por La Familia. Así que tome un camión urbano rumbo al metro Universidad y después de 18 estaciones llegué a la avenida Reforma frente al Auditorio Nacional, hacia 15 minutos que había empezado La Marcha.

Pero antes, en el trayecto, automáticamente empecé a recordar a mis abuelos, paternos y maternos, que lógicamente descendieron de mis bisabuelos y así desde allí, un desconocido – para mí – árbol genealógico de la descendencia familiar; hasta mis padres y mis hermanos, hermanas. Llegando a la familia que hemos formado mi esposa y Yo, y ahora también mis hijos, a quienes, juntos- Ella y Yo- nos esmeramos y de acuerdo a nuestras posibilidades en darles una buena educación e inculcarles el valor y respeto, empezando por la familia; que afortunadamente supieron aprovecharla (también aprovecharon para darnos hermosos nietos-dicen los abuelos cuervos-).

Claro, también en mi soliloquio mental, pensé que a pesar de que no todo en un matrimonio-natural- trascurre como una “dolce vita; hay alegrías y sin sabores, pero que gracias al amor, al final con buena voluntad y sentido común, todo se resuelve (y me dije a mi mismo: “como han pasado los años” y aquí estamos Ella y Yo juntos en familia). Por eso y ojalá, así se debiera ser, la familia debe permanecer unida en lo próspero y en la adversidad, en la Salud y en la Enfermedad.

Así millones de familia persisten unidas, a pesar de las adversidades, y protegiendo a sus hijos, blindándolos en un ambiente funcional, que inicia en el núcleo familiar, así ha sido y será en todo el mundo. Eso es el ideal, pero desgraciadamente cierto, existe la desintegración familiar, por múltiples motivos, formando parte de una patología social donde los primeros afectados son los niños (pero hay otras situaciones que ponen en riesgos a millones de niños. Los remito a un anterior escrito: Niños en Situación de Riesgo. (Publicado por Infocajeme el 19 de septiembre 2016).

Absorto en esos pensamientos, llego a la Estación del metro Auditorio Nacional y entre prisas y algunos leves empujones, baje para dirigirme caminando a la Avenida Reforma, me percaté que algunos –bastantes- que venían en ese trasporte iban vestidos de blanco, matrimonios, muchos jóvenes, niños. De repente me veo entre los contingentes Sobre la Marcha, hacia la glorieta del Ángel de la Independencia, envuelto en una ordenada algarabía portando mantas y diciendo porras a favor de la familia, entre otras: “A mis hijso los educo yo”, “Biología no ideología”, “no somos 10 no somos 100. Señor presidentes cuéntenos bien “. Pensé ¿sabrá contar bien el presidente o le informaran bien los que contaron? Tampoco sé, si lee. Al visualizar la escultura del Ángel de la Independencia, casi a medio Kilómetro antes de llegar a la glorieta me acordé de su constructor, el arquitecto Antonio Rivas Mercado y de la novela con datos de la vida real de sus personajes; “A la sombra del Ángel” de Kathryn S. Blair, casada con el único hijo de Antonieta Rivas Mercado, principal protagonista de esta novela, hija consentida del arquitecto, quien fue una mujer fuera de serie en su tiempo, en la época turbulenta del fin del porfiriáto y posterior. Una interesante vida, que contribuyó a la política y en la vida cultural del siglo XX de México, que acabó suicidándose en Paris, dentro de la Catedral de Notre Dame.

Sobre la Marcha. Al principio todo “norteado”, me deje guiar dentro del caudal de gente, pero luego opté por caminar lateralmente de los contingentes para llegar más rápido a la glorieta. Vendedores ambulantes hacían su agosto ofreciendo gorras, sombreros, botellas con agua, refrescos, banderines con lemas como “defendamos a la familia”-me compré una- entre otras cosas.

Me llamó la atención unos pendones que colgaban de los postes – metálicos- del alumbrado público, en ambas aceras de toda la avenida reforma, desde el Auditorio Nacional hasta pasando el Ángel y más calles al oriente de la glorieta, con abreviaciones de la Ciudad de México: CDMX y las iniciales LGBT. Que decía Bienvenidos a la ciudades de la libertad de todas manifestaciones y voces (no recuerdo bien el texto), el pendón con los colores representativos de la bandera del orgullo gays.

La Marcha seguía su curso Sin Odio y En Paz, de repente dos jóvenes homosexuales- masculinos- se suben a la base de unos de los postes donde cuelga uno de los pendones y se dan un prolongado beso “demostrando su orgullosa orientación”. Por supuesto los fotógrafos de prensa morbosa- “la que vende”- se les arremolinó como enjambre de abejas para cumplir su cometido, tomando fotos.

Más adelante otro joven irrumpe portando una bandera del orgullo gays, en una actitud provocativa, pero que no paso a mayores. Algunos otros por la acera mostraban pancartas que decían “Soy Homosexual respeta mi derecho. Quiero platicar contigo” y efectivamente fueron a platicar tranquilamente con ellos (sin odio y en paz de ambos lados), Otra pancarta portada por una pareja decía “SOY TU HIJxO”-no entendí la x- . Un joven

tranquilo, se unió a la Marcha con su pancarta “Soy homosexual, pero no gay Respeten mi DIGNIDAD HUMANA. NO a la ideología de género”. Platiqué con este joven de 36 años, de nombre Talio, oriundo de Guanajuato, donde me manifestó su desacuerdo que se le denominara matrimonio a la unión de homosexuales, que ya con ley de convivencia estaban incluidos todos los derechos de las parejas, y que tampoco estaba de acuerdo en la adopción de niños por homoparentales y repitió que los niños tienen derechos, no que los adultos tengan derecho a un niño.

Ya para llegar a la glorieta del Ángel donde estaba montado el estrado para los oradores de la marcha, otros jóvenes –pocos- quisieron bloquear al contingente mostrando un manta con lema “no pasaran”. Pero luego se retiraron. Escuchando una entrevista realizada por Ciro Gómez Leyva a unas personas representativas del orgullo gay, donde dijeron que ellos habían cambiado su marcha que tenían al día siguiente (25 de septiembre) pero que optaron por manifestarse ese mismo día. El periodista les pregunta: eso es un acto de provocación. La respuesta es que la intención era que la marcha por la familia no llegara a la Glorieta, que ellos la tomarían primero. Bueno ¿Dónde está el respeto, la tolerancia?

Al final, la Marcha por la familia llegó por lado poniente del Ángel y los manifestantes del orgullo gay se instalaron por el lado oriente. Una valla de policías resguardaba el orden, muy bien. Tuve que rodear un poco para asomarme y observar también la manifestación de ellos (aproximadamente unos mil), algunas personas con cabellera y piel pintado de colores, con el dorso desnudo tocaban una especie de batucada (se me vino a la mente la chica “chiquiti boom a la bim bom ba, de los juegos olímpicos de 1968).

Luego la oratoria de una jovencita, donde exponía sus respetables motivos de su orientación y en su eufórico discurso trató de ignorantes a los que no piensan como ella. (Pienso ¿será requisito ser homosexual para ser intelectual o menos ignorante?). Pero en eso se acerca otra persona homosexual-mujer- y le exigió respeto para los de la “otra marcha”. En uno de los carteles del orgullo gay se leía: “Respecto al Estado Laico”.

Hoy tuve que recordar y documentarme que es un estado laico: El Estado laico es aquella organización política que no establece una religión oficial, es decir que no señala una religión en particular como la religión propia del pueblo, que por lo mismo merece una especial protección política y jurídica. En este sentido, el Estado laico es el opuesto del Estado confesional, que establece una determinada religión como religión oficial. La razón del Estado laico es permitir la convivencia pacífica y respetuosa, dentro de la misma organización política, de diferentes grupos religiosos.

Por eso el complemento natural y necesario del Estado laico es el reconocimiento y protección jurídica de la libertad religiosa de los ciudadanos, de modo de que cada uno TENGA LA LIBERTAD DE ELEGIR Y SEGUIR LA RELIGION QUE PREFIERA O NO ELEGIR NINGUNA. ESTADO LAICO SIN LIBERTAD RELIGIOSA ES UNA CONTRADICCION, es en realidad un Estado despótico que pretende imponer al pueblo una visión agnóstica o a- religiosa de la vida y el mundo. (Fuente: Adame-Goddard Jorge. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam )

La educación laica, no debe imponer ninguna ideología política y ni de otra índole. Redefinir el matrimonio por imposición de una minoría, contribuye en parte atentar contra una democracia. El estado debería estar más preocupado en como disminuir la pobreza, combatir la corrupción, en crear empleos bien remunerados y tratar de otorgar los satisfactores necesarios para una vida digna de todos sus habitantes, sociedad y gobierno deben poner énfasis en velar por la seguridad y bienestar de la población sobre todo la de los niños y niñas de este país.

Sobre la Marcha; quedo muy claro que fue con objetivos precisos, teniendo como base el interés superior principalmente de los niños y por la familia, propiciar un dialogo franco con el gobierno y los que piensan diferente. Todos plasmados en un manifiesto de 10 puntos concretos, ya ampliamente difundido por el Frente Nacional por la Familia y algunos medios de comunicación.

Terminó la Marcha por la Familia, Sin Odio y en Paz, me regresé de nuevo hacia la Estación del Metro Auditorio Nacional, caminando de nuevo los otros tres kilómetros aproximadamente, encontrándome de frente todavía grandes contingentes de los aproximadamente 400 mil gentes que asistimos a la Marcha y no 20 o 40 mil que algunos medios de comunicación afirmaron y el mal cálculo de la paisana (sonorense) funcionaria del gobierno de la Ciudad de México, Patricia Mercado, que esperaba cuando mucho unos 10 mil asistentes. “No fuimos 10, no fuimos 100. Señora, cuéntenos bien”.

Sobre la Marcha, se comunicaron un hijo de Guadalajara y mi hija que esta con mi esposa y conmigo aquí en la Ciudad de México, con cierta preocupación. Pero les conteste que todo tranquilo, las manifestaciones transcurrieron SIN ODIO Y EN PAZ. Me esperaron para ir a comer en Familia. Concluí pensando. Para defender a la familia natural, se empieza por la de uno. A mi familia la cuidamos entre mi esposa y yo. Y como dijo un querido sobrino y con perdón del lector… ese es mi pe... ndiente.

#PARACAMBIARYOMEINCLUYO

Dr. Raúl Héctor Campa García. rauhcampag@hotmail.com

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