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La nueva tendencia a adultizar a los pequeños, es decir, hacerles adultos antes de tiempo, es como una suerte de acelerador de la edad del menor para hacerles parte del mercado no sólo de consumo, sino de consumidor consumido lo antes posible.
A los pequeños se les “hormona” mediante los anuncios de TV, y la imagen que la TV emite sobre el mundo adulto, que finalmente es a lo que ellos aspiran, ya que es su futuro que se les plantea ¿no?
crueldad de arrancar la inocencia a los pequeños, pretender que vistan y se comporten como adultos. No es nada nuevo que las niñas y los niños quieran imitar a los padres, a los adultos de la TV, a los cantantes famosos. Y eso parece no preocuparnos, y no debería si el modelo que se emite en esos medios fuera adecuado, pero es lo que es, esperpéntico en muchos casos. Los zapatos de tacón de la hija de un famoso actor de EEUU se han puesto de moda entre las niñas y entre los diseñadores de moda infantil de todo el mundo. Este calzado es malo para el correcto desarrollo de la columna de las niñas, puede propiciar caídas, lesiones ¿pero es que no sabemos que los pequeños corren, saltan, se suben a todas partes y que es parte de su desarrollo psicomotriz? ¿Qué madre o padre en su sano juicio compra zapatos de tacón a una pequeña salvo que no sea para disfrazarla o ponerle traje regional durante un par de horas? ¡Y siempre que el pequeño o pequeña lo quiera! Que no son nuestros monigotes de feria.
Esto de adultizar a los pequeños no es nuevo, ¿recordamos la moda de ponerles pendientes a los pequeños? Estaba de moda, y muchos, que piensan que sus hijos son sus nuevas Barbies o Kenes se dedican a ponerles esto y aquello a sus hijos, sin pensar en si el pequeño quiere o no esa modernidad. He llegado a ver niños con permanentes, con tintes, mechas de colores, crestas con un kilo de gelatina, algunos niños tenían un año, y son cosas perjudiciales para su salud ¡si lo es en muchos casos incluso para el adulto!
No hablemos de presentar a los niños a concursos de belleza vestidos como si fueran adultos, operarles con cirugía, aplicarles botox… Ver a niñas sexualizadas, con ¡tangas incluso! Con vestidos o cortes de ropa “seductores”, encajes… Vender bikinis con relleno para niñas a partir de siete años por parte de una popular cadena de ropa irlandesa extendida en todo el mundo. ¿Estamos ofreciendo a nuestros hijos a la pederastia? ¿Es que no somos conscientes de lo que alimentamos con esta actitud? ¿Por qué queremos que dejen su inocencia antes de tiempo? Tal vez tan sólo les envidiemos, porque ¿Acaso no es una forma de ofrecerlos al mercado esclavista del capital en el que muchas veces nosotros mismos permanecemos? Es inhumano sin duda.
Los medios de comunicación y la industria textil han convertido de repente el mundo infantil en un mundo de adultos para poder subir audiencias o vender una nueva gama de productos. Ahora no sólo convencen a mamá o papá de tal o cual juguete, ahora también quieren este modelo de pantalón, de corte de pelo, de zapatos o de perfume.
La tendencia, en aumento, del sector textil a producir prendas como las de los adultos, es algo que empuja a los niños a una sexualización adelantada y que finalmente, sobre todo en el caso de las niñas, y paradójicamente -ya que el poder del feminismo está más que presente en política y medios-, las pequeñas son en mayor medida carne de publicación, más chicas que se muestran, y el mensaje para esa futura adulta es que
debe aspirar a ser una mujer sexy, siliconada y devora hombres, porque es el modelo que le presentan como ideal. ¿Desde dónde se les empuja hacia el estudio y la valía intelectual? ¿Qué modelos femeninos intelectuales se ensalzan en los medios? ¿Y los valores maternales sanos? ¿Dónde quedan también? Pregunta a una pequeña de 10 años qué personajes famosos conoce, y que sean mujeres. Es horrible qué nombres pueden soltarte, y muchas veces, a quien desean parecerse de mayores es lo peor.
Sin duda no se están haciendo bien muchas cosas, pero dónde más fallamos es en la educación del futuro, la de los pequeños, algo de lo que somos culpables los padres, y sobre todo el estado que controla los medios de comunicación y el sistema educativo; y que tiene la potestad, la capacidad y el deber de filtrar anuncios y mensajes que se dirijan a la población y que les sean dañinos, como que a determinados horarios se haga apología de drogas, prostitución, banalización del maltrato, o la ecuación valor femenino=físico hipersexualizado, valor masculino=hombre afeminado. Tampoco es sano para los niños el modelo masculino, que muchas veces no lo es (masculino) y es tan consumista y superficial como han hecho con la mujer durante tantos años. Finalmente esclavos del mercado ambos, ahora quieren sumar a los niños.
Los expertos apuntan que esta aceleración de la infancia causa una pérdida de seguridad básica para los más pequeños, y acaban viviendo en una falsa madurez con los problemas psicológicos que todo ello puede acarrear.
Si el estado no es sano para tus hijos, o para ti, dale la espalda. Intenta salvar a tu hijo de sus malas influencias y a ti mismo. Que tus hijos sean niños el máximo de tiempo posible y enséñales a amar la naturaleza, los animales, a valorar el espíritu e interior de las cosas, que los mejores regalos no se adquieren en las grandes superficies, que es mejor algo hecho con nuestras propias manos, y que lo mejor de este mundo es la gente que te quiere y eso, no lo venden en la tienda. Y que el ser famoso y popular no te proporciona buenos amigos, y que el cariño se gana con una ética y un comportamiento leal. Que amen la lectura porque la mente no posee límites y es lo único que nos puede dar y quitar la libertad.
