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Una chispa desató un incendio la semana pasada. En torno a la ausencia de recursos extras para Cajeme en 2016 dentro del presupuesto federal, quedó al descubierto que en realidad lo que se pelea no es el beneficio popular sino que más bien son los primeros escarceos en torno a los cargos de elección popular que se disputarán en 2018.
Los rounds de sombra protagonizados por el alcalde Faustino Félix Chávez y los diputados federales, en concreto el dizque representante de Cajeme, Abel Murrieta Gutiérrez, cimbró algunas de las estructuras del PRI y evidencia que desde ya en ese partido están tratando de acomodar las piezas rumbo a las elecciones próximas.
Y es que detrás de esos dos personajes políticos, en realidad hay muchos intereses económicos y políticos de los dueños de los guantes y las pelotas, es decir, hablando en español, de los que disponen de los movimientos de las piezas del ajedrez con nombres tan concretos como Manlio Fabio Beltrones y Ricardo Bours Castelo.
Bien sabido es que el ex Gobernador de Sonora ya ha enviado línea para que los sonorenses vayan sabiendo que su hija Silvana va a ser candidata a Senadora, es decir el mismo cargo al que aspiran Bours Castelo y el mismo Félix Chávez.
Por eso es que cada movimiento de los contrarios, aunque sean del mismo partido, es analizado con lupa. Y la pifia de Murrieta Gutiérrez de no haber sido un gran gestor para Cajeme, se convirtió en el detonante de una polémica que debió ser aplacada desde altos niveles porque amenazaba ya con desbordar pasiones.
Y se le concede razón al Presidente Municipal de Cajeme en su enojo contra el remedo de Diputado Federal, por no haber sido capaz de lograr para su comunidad recursos adicionales que bien le caerían luego del desastre financiero y administrativo encontrado por el actual gobierno municipal, al que ni plumas o lápices, pero, eso sí, una gran deuda con proveedores le dejaron los que se fueron.
Cierto es que habrá dinero para obras en Cajeme si a la gobernadora Claudia Pavlovich se le antoja entregárselos. Entre paréntesis, no sé qué pecado han cometido los cajemenses que ni Beltrones Rivera ni López Nogales ni Guillermo Padrés Elías le inyectaron recursos suficientes a la Comuna local para hacer frente a las crecientes necesidades de la población.
Pero si a Navojoa, Nogales y San Luis Río Colorado, con alcaldes del PAN, le caerán muy bien 22.5, 16 y 10.2 millones de pesos, respectivamente, por qué Murrieta Gutiérrez no peleó fuerte para que ese tipo de recursos extraordinarios llegaran también a Cajeme.
Ahora sí que, como reza el dicho, con esa clase de amigos (priistas) ¿para qué queremos enemigos?
Pero a lo mejor al actual legislador federal no le interesa mucho luchar por los cajemenses, pues al fin y al cabo es su padrino político, y no los votos reales, el que lo ha encumbrado hasta donde está.
Porque ni modo de decir que su "carisma" le ha llevado a obtener una buena votación. Más bien, han sido los arreglos de Bours Castelo los que le han ayudado a ganar, aunado a las condiciones especiales del enojo de la población con el anterior gobierno panista a causa del acueducto Independencia.
Peor aún: quiere llegar a ser Presidente Municipal en el 2018. Y no hay seguridad de que el Alcalde Félix Chávez sepa ya que es desde la oficina de Comisarías y Delegaciones del Ayuntamiento donde se está gestando la labor proselitista a favor de Murrieta Gutiérrez rumbo a la candidatura. Es decir, se sirve del gobierno municipal, pero no le ayuda a conseguir más recursos.
Lo bueno de haber mostrado ya las primeras cartas sobre la mesa es que a la población le permite identificar quiénes son los que ambicionan el poder por el poder y sólo les interesa servir a quienes le regalan los puestos públicos.
De maestros
Por cierto que el fin de semana un zafarrancho entre policías y maestros en Cajeme que buscaban impedir el examen aplicado en la Universidad Tecnológica del Sur de Sonora (UTS), sirvió para demostrar que si bien el interés por evaluar a los mentores es sumamente importante, también lo es la necesidad de modificar las formas y que no por provenir del gobierno, la reforma educativa es perfecta.
Uno está de acuerdo en que, como en cualquier trabajo, quien no esté debidamente capacitado para realizar sus tareas no debe ejercerlas, pero de ahí a pretender dañar los derechos del magisterio, hay una abismal diferencia.
Cómo explicar, por ejemplo, que un mentor se someta a la evaluación y sea despedido o reasignado a una nueva tarea sin saber jamás los resultados de la prueba aplicada y, en cambio, a hijos de líderes como Fermín Borbón en Sonora se le asignen dobles plazas y la opinión pública tampoco sepa si en realidad superó el examen o simplemente las "palancas" de papi sirvieron para colocarlos dentro del sistema educativo.
Y ese es sólo un pedacito de lo negro de la reforma educativa. Hay muchos otros puntos que el gobierno debe sentarse a platicar con quienes se oponen para conciliar intereses y que no sea solamente el criterio partidista el que prevalezca en este tipo de acciones.
No es cualquier cosa lo que está en juego, sino la educación de las presentes y futuras generaciones de los mexicanos y eso amerita un buen análisis de los pro y contras de la reforma para poder emitir un documento que brinde equilibrio real al sistema educativo del país y permita salir de ese bache en que se encuentra, precisamente por la falta de una educación de calidad que se viene arrastrando desde hace algunos ayeres.
Ojalá la cordura llegue. Que los mentores saquen lo mejor de la reforma y que el Gobierno aprenda a escuchar la disidencia. Porque de represión ya estamos hartos. Y no es con violencia, venga de donde venga, como haremos salir adelante a esta nación.
Para cualquier comentario: franciscogonzalez.bolon@gmail.com
Francisco González Bolón
