Frente al busto de Colosio situado en el exterior del Hospital de Especialidades del IMSS, un joven llega cargando dos maletas negras, del color de su atuendo, como si desde ya llevará el luto a cuestas. Sin duda también "tiene hambre y sed de justicia" como muchos derechohabientes.
Da las buenas tardes y las gracias a un grupo de personas que allí lo esperan la tarde del lunes, en la víspera de su partida a Guadalajara, a donde se trasladará junto a su familia este martes, luego de permanecer en esta ciudad desde finales de junio por la operación de su hijo.
"Es poquito, pero te va servir", le expresa una dama a Fernando Valdez Gastélum, padre de Johnatan, un bebé que por un error médico, está condenado de por vida a imaginarse el mundo a través del sistema Braille
El activista Rosendo Arrayales acompaña a Fernando y le presenta al grupo. "Ellos son los que hicieron la cooperación para ayudarlos". Tras el saludo de rigor, el padre del bebé atiende las preguntas que le hacen los presentes sobre la situación de salud de su hijo y lo que viene para él.
Comenta que aceptaron llevar a su hijo al IMSS de Occidente por los los especialistas que tiene aunque tenían la opción de irse hasta la ciudad de México en el Hospital Siglo XXI, donde dicen está la mejor oftalmología del país, Yolanda Vásquez, quien se trasladará a la Perla Tapatía para atender a Johnatan.
"No existen los trasplantes de ojo, de córnea sí. Queda la opción del implante como ha pasado en España, pero los resultados son limitados", comenta mesurado el oriundo de Moroncarit, un pueblo pesquero próximo a las playas de Huatabampito.
Fernando ahora tiene 26 años y es empleado de una maquila en Nogales que fábrica productos médicos, pero apenas hace 3 años estudiaba Mecartónica en el Instituto Tecnológico de Huatabampo, estudios que abandonó por cuestiones económicas y tuvo que emigrar a la frontera.
"Nos ha llegado ayuda de muchas partes y gente que no conocemos, al niño le han traído ropita, juguetes y leche", responde por teléfono a las preguntas que le hace una reportera del Grupo Reforma. Termina la entrevista y alguien pide la foto de testimonio.
Como buenos samaritanos, los donantes se muestran reacios de aparecer en la gráfica, bajo la conceja nazarena de "que tu mano derecha no sepa lo hace tu izquierda". El reportero-comandante Fidel Castro toma algo en penumbras y casi de manera clandestina. Añoranzas por la Sierra Maestra?
Aparecen más muestras de ánimo cuando toma sus maletas para partir. Unos lo abrazan, otros le repiten el Dios los bendiga, también le piden que les salude a su esposa y varios le desean "suerte", mientras se despide de mano con una mirada mustia.
Ante esta escena de dolor e impotencia y el busto de Colosio de testigo, es inevitable citar el discurso polémico del 6 de marzo de 1994, ese que afirman distanció al magdalenense de su mentor político y que sigue vigente pese a los optimistas de oficio que afirman Mover a México.
En una de sus partes denunciaba: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.
"Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan”.
Pero aquí no hay novedad, aquí todo sigue igual, dirían los Cadetes de Linares...Como en tantas partes del país.
