SECRETERRecordar las raíces del México nacionalista debe ser parte de la formación de las nuevas generaciones. Recurrir a ellas para enfrentar los retos del futuro, es sencillamente un retroceso.
Para las generaciones del nuevo siglo, son necesarias nuevas herramientas y nuevos guías. Si bien Vasconcelos, Sierra, Torres Bodet y Gabino Barreda, fueron ejemplares cuando dirigieron el destino de la educación en México, exactamente de la forma que el país lo necesitaba en ese momento, hoy, si en verdad se quiere actualizar el rumbo de la educación, hay que poner la mirada sobre los nuevos educadores.
Los expertos nacionales han considerado durante muchos años, que la mal llamada educación alterna no es apta para nuestro país. Claro. Sólo de esta manera los expertos pueden seguir siendo indispensables para el sistema educativo que en México, no proporciona a sus alumnos calidad académica ni felicidad interna. Si acaso, logra cumplir con el mandato constitucional de educación para todos. Aunque esa educación esté ahora en el banquillo de los acusados. No es de poco asombro que en países industrializados, como Alemania, la mejor educación es la gratuita que brinda el Estado.
La lista de agentes transformadores de la educación moderna es larga: Paul Scheele, Daniel Goleman, Howard Gardner, Tony Buzan, Georgi Lozanov, James Adams, Richard Bandler, Edward de Bono, Frank Williams, Paul Denissin, Ken Robinson, entre muchísimos más.
Varios de ellos no son educadores –como Paul Scheee por ejemplo, creador de Photoreading- y han llegado incluso, a ser acusados de charlatanes por los representantes de la educación tradicional, porque lo que hacen es cimbrar el mundo de la monotonía y complacencia que acompaña a un maestro de la vieja guardia que prefiere calificar de flojo, inepto, problemático e hiperactivo a un alumno, antes que sentarse con él a trabajar con alguna de las técnicas de aprendizaje que muchos de los arriba citados proponen.
Ciertamente, la educación no son sólo técnicas de aprendizaje o de estudio, pero el futuro precisa alumnos con nuevas habilidades, maestros con nuevas capacidades, contenidos aptos para un nuevo siglo, y fuentes de conocimiento nuevas, que preparen a los alumnos para desafiar el mañana.
Alvin Tofffler escribió: “Ya no basta que Johnny comprenda el pasado. Ni siquiera es suficiente que comprenda el presente, pues el medio actual se desvanecerá muy pronto. Johnny debe aprender a prever la dirección y el ritmo del cambio. Debe, por decirlo técnicamente, aprender a hacer previsiones reiteradas, probables, cada vez más lejanas, acerca del futuro. Y lo propio han de hacer los maestros de Johnny”.
