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¿Es una exageración decir que en la gubernatura de Sonora se juega la sucesión del 2018, aun cuando el estado no pinta electoralmente a nivel nacional?
Para algunos analistas así es y ello explica la batalla que libran el PRI y el PAN, sobre todo por los protagonistas del cuadrilátero: el gobernador Guillermo Padrés y el ex gobernador Manlio Fabio Beltrones.
Unidos por el proyecto del acueducto Independencia, ahora se enfrentan por sus ambiciones políticas, ya que ambos buscan la dirigencia de su partido con miras presidenciales y el resultado del próximo 7 de junio es clave porque definirá su destino, pues una derrota en su propia tierra los descalificaría en sus aspiraciones nacionales.
De ahí que de “coaching” de las campañas, tanto Beltrones como Padrés saltaron a la palestra para acusarse mutuamente vía desplegados, lo cual es inusual de un político de la talla del “hijo pródigo” de Villa Juárez, pero como el “fuego amigo” está en su máximo nivel, todo hace indicar que está de tiempo completo para sacar adelante a su ahijada política.
Mientras que del cananense, tras la difusión de los comunicados en 2011 de su verdad sobre la polémica obra hidráulica, se puede esperar que mande publicar cualquier ocurrencia, pues ahora sí que le urge la victoria de Gándara, pues ocupará protección, más si se confirma de que se le “cayó” la diputación pluri a su secretario particular, en la que dicen va como suplente.
En ese contexto, tanto Claudia Pavlovich como Javier Gándara intentan esconder la dependencia –relativa- de sus candidaturas hacia este par de personajes, ya que representan un lastre para sus campañas. En el caso de Claudia Pavlovich es más evidente, pues al no encabezar ella misma un grupo político, queda a expensas de los intereses del todavía coordinador priista de San Lázaro.
“Básicamente me da consejos, como me los da mi madre, que es muy sabia”, declaró la candidata a la revista Proceso sobre la influencia en su campaña del poderoso legislador, que al igual que la magdalenense, fue acusado por varios alcaldes de Guanajuato de cobrar “moches”, a cambio de gestionar obra pública. Entonces…¿Pavlovich y Beltrones son lo mismo?
Gándara le lanzó un dardo a Pavlovich durante el debate: le pidió su opinión de que su “padrino político”, es decir Beltrones, fuera el principal promotor del acueducto y el empresario que le prestó las avionetas, Samuel Fraijo, “vendió el tubo” para la obra. La candidata hizo mutis. “Son actos de desesperación del candidato del PAN porque voy arriba en las encuestas”, reaccionó al salir del encuentro.
Y el empresario hermosillense “sigue poniendo la espalda” y no se deslinda del principal impulsor de su candidatura, a quien han cuestionado de forma insistente en los debates, debido a los actos de corrupción del gobierno del Nuevo Sonora y el priismo advierte que su victoria en las urnas representa una reelección de Padrés Elías, pues sostiene que entre ambos hay una relación de complicidad.
“Yo no me comparo con nadie sino conmigo mismo. Los seres humanos somos único e irrepetibles”, respondió el presidente de Ganfer, cuando le pregunté si no le molestaban las comparaciones con el mandatario estatal, de quien intentó marcar distancia en el segundo debate, pero sus palabras no han sido contundentes para convencer sobre el tema.
¿Qué será lo menos dañino para el estado, la probable reelección de Padrés en la figura de Gándara o el control absoluto de Beltrones Rivera en la vida política estatal? Difícil respuesta.
Pero por personalidad y lógica política, me parece más factible que Gándara marque distancia de Padrés apenas llegue a la gu, bernatura, si llega, mientras que para la señora Pavlovich le será harto difícil independizarse de quien llamó “amigo de todos los sonorenses”, léase MFB, y quien por cierto es jefe de todos los delegados federales en Sonora.
