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La perspectiva sobre el dengue es muy preocupante:
"Estamos en una situación de mucho riesgo, hay condiciones climáticas para que el número de casos siga aumentando", advierte el doctor Jesús Mendoza Cázares, epidemiólogo de la Jurisdicción Sanitaria IV.
En la primera semana de octubre ya hay más casos registrados que los registrados en estas mismas fechas hace un año, cuando se dio el brote más fuerte de dengue que se tiene registrado en la región, con miles de enfermeos de todas las edades, señala el especialista.
Y en los casos registrados, es mayor el porcentaje de dengue hemorrágico que el del año pasado, precisa.
Mientras tanto, las autoridades de todos los niveles anuncian con bombo y platillos sus acciones contra el dengue, se toman fotos y se dicen complacidas.
Pero estas acciones al parecer han llegado demasiado tarde, además el avance de las campañas es tan lento como el de una tortuga burócrata.
Como en el caso de las violencia extrema, parece que las autoridades, personas cuya mayoría vive en colonias limpias donde se respira bienestar económico y hay menos riesgos, no están tan preocupadas por lo que está pasando en los barrios. Las acciones que deberían haber empezado meses antes y continuado en las nuevas administraciones, apenas ahora empiezan a realizarse cuando el problema ya está casi en todas partes.
Aquí, allá, en todas partes
Guaymas, Cajeme, Empalme y Huatabampo son los municipios con mayor incidencia.
En Cajeme las colonias más afectadas son la Morelos (Ladrillera), Sochiloa, Aves del Castillo, Primero de Mayo y Prados del Tepeyac.
Y los sitios de mayor riesgo, añade Mendoza, son los solares baldíos y los negocios de chatarra, yonques, talleres y llanteras.
La mayoría de estos negocios no tienen un control sanitario que debería imponer la Dirección de Ecología. Cuando se les pregunta a los empleados si el negocio tiene un comprobante de medidas para prevenir el dengue, nadie sabe de lo que se habla, no recuerdan que se haya fumigado, abatizado o cualquier procedimiento para que el negocio no sea un foco de infección.
La montaña de chatarra en la calle Sinaloa, casi esquina con 300, y el "panteón" de autobuses chatarra a 100 metros de allí, por la calle Jalisco, permanecen igual: Nada indica que se hayana abatizado.
No sólo eso; también permanece intacta la maleza que ha crecido en esta temporada de lluvias. Aquí y en colonias como la Cajeme, Beltrones y otras del norte de la ciudad.
