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Cerecer: Una trayectoria brillante en la radio cajemense

Sergio Anaya
Domingo 22 de Mayo de 2011
 

De niño era vecino de la XEOX, por la calle Guerrero. Allí tuvo contacto con la radio por primera vez. Años después era un joven vendedor de equipo fotográfico y llegó a venderle una cámara a Luis Felipe, quien ya le ayudaba a su papá en el manejo de la radio y le ofreció trabajó a José María como programador musical.

Debutó en agosto de 1962 en la XEHO (Radio Fiesta 910).

Felipe García de León abrió XENK en Los Mochis y luego la XEHO a nombre de su esposa Josefina. La HO estaba en No Reelección entre Veracruz y Puebla, después pasó a la calle Veracruz, contigua a la XEOX. José María era el programador.

Fue Max quien lo instruyó para que se sentara en una cabina a ligar música y comerciales. Cerecer tenía 17 años.

En 1963 se firma el convenio para la participación de operadores de cabina que sustituían a los locutores cuando éstos descansaban.

Después de trabajar durante la semana como operador, Cerecer y el “Pelón” Ferrer se alternaban en turnos de cuatro horas para cubrir cada sábado los descansos de los locutores de XEHO (Tomás Rosas Cebreros, Manuel Duarte Rodelo, Samuel Soto Miranda y Max López Quintana) y en domingo a los de la XEOX (Paco Gómez Villela, Alfredo Renaud, Jorge Luis Hernández “El Botete” y Otilio Degyves).

En ese tiempo Cerecer inicia también su carrera como productor de la OX.

“En 1963”, recuerda José María, “llegaron las cintas para grabar anuncios, un importante avance tecnológico pues el locutor ya no tenía que leer los anuncios, lo que redujo considerablemente el trabajo de la garganta”.

En esos años Ferrer y Villela, uno como técnico y el otro como voz comercial, se iban con Degyves a las giras de los Yaquis, dejando en cabina una oportunidad para que José María siguiera depurando su oficio de productor.

A mediados de los sesenta, recuerda, las funciones sabatinas de box en el Distrito Federal se transmitían en todo el país y tenían una de las más altas audiencias en la radio. Aquí las funciones pasaban diferidas una vez que terminaba el beisbol, que era en vivo.

Manuel Romero Gallardo, gerente de la HX y la OS, lo invitó a trabajar como productor y él aceptó gustoso. Eso era lo suyo.

“Recuerdo que me pasaba muchas horas, hasta la noche, metido en la cabina de grabaciones pues me gustaba mucho lo que hacía. Además tenía como motivación competir con Enrique Ventura Castillo, productor de la IQ y muy talentoso, además de ser una de las grandes voces de la radio sonorense. Yo buscaba efectos desconocidos, ensayaba varias versiones para un mismo anuncio, todo para estar a la altura de Ventura”.

Además de su desarrollo como hombre de radio, Cerecer estudió contabilidad a nivel técnico o “comercio”, como se le llamaba antes, y terminó la preparatoria en 1971.

Como todos, llegó un momento en el que quiso dar el siguiente paso, el más importante para sus aspiraciones: hacer el examen para obtener su licencia como locutor.

El objetivo no era fácil. Muchos aspirantes fracasaban en el intento y tenían que insistir varias veces hasta lograrlo. Algunos incluso se daban por vencido después de intentarlo de manera reiterada.

Había dos tipos de licencia, comenta Cerecer. La tipo B, la que buscaba la mayoría, tenía como requisitos haber terminado la secundaria y era la más sencilla, aunque muchos la reprobaban. Para la otra, la tipo A, era requisito tener preparatoria terminada y era la más difícil, pero también de mayor categoría.

“Los sinodales eran gente muy preparada y estricta con los aspirantes. Nos hacían preguntas de cultura general, de geografía, historia, gramática española, leyes… teníamos que machetear muchas horas para animarnos a presentar el examen”.

Un día de enero de 1971 se presentó en las instalaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, dependencia que expedía las licencias de locutor.

“Recuerdo que entre los aspirantes estaban Verónica Castro y el licenciado Enrique Pickering… ambos reprobaron. El asistente de Verónica, un muchachito gay, como les dicen ahora, iba echando pestes contra el jurado y amenazaba con contárselo a Emilio Azcárraga para que pusiera a los sinodales en su lugar. Pickering salió igual, furioso, en actitud de cómo se atreven a reprobarme a mí”.

Después de presenciar esas escenas el jovencito aspirante provinciano se sintió intimidado pero resuelto. Fue así como obtuvo su licencia, la número 1138 – B.

“Con mi licencia en regla, debuté como locutor en la cabina de la HX, ubicada en la calle Niños Héroes. Mi primer trabajo fue como descansero al sustituir a René Padilla Verduzco quien se mudó a Hermosillo para estudiar la carrera de abogado en la Unison”.


Los noticieros

A fines de los setenta, Federico Alzérreca conducía un noticiero radiofónico en la XEHX, el primero de su tipo en la nueva oleada de programas informativos. Enseguida vinieron el de Eduardo López Armenta en la XERSV y el de Enrique Plumeda, Dígalo sin miedo, en la XEOX.

“Alzérreca descansaba los miércoles y como yo era el locutor descansero, me tocó suplirlo en su noticiero. Poco después, en 1982, el publicista Sergio Ibarra creó un noticiero para radio, Notison, que se transmitía por la XEHO y tenía como conductor a Samuel Soto Miranda. Yo era el reportero...

“Así empecé en esto del periodismo radiofónico. Y puedo llamarlo así, periodismo, porque no me limitaba a leer los periódicos. Yo iba al lugar de la noticia con grabadora en mano y entrevistaba a los participantes de la noticia…

“Al principio me veían con extrañeza, algunos hasta se reían de verme con la grabadora encima del entrevistado. Hoy todo eso es común”.

El Notison duró dos años. En ese tiempo, a mediados de los ochenta, los García de León, quienes tenían la estación XEPNK en Los Mochis cedieron esta concesión al grupo OIR a cambio de la XEOS y la XEHX. Ambas pasaron a formar parte de los que hoy es el Radio Grupo García de León.

“En 1993 le propuse al Lingui (Luis Felipe García de León) crear un noticiero vespertino que se llamaría Pido la Palabra y cuyo contenido se integraría en buena medida con las llamadas del público, como sugería su nombre. Él aceptó y así empecé con una producción noticiosa que me asentó en este género”.

Pido la Palabra abría el micrófono para todo aquél que tuviera una opinión con respecto a un asunto público y la única limitante, afirma Cerecer, era no decir groserías y mantener el respeto a la vida privada de las personas y al público escucha.


De esos años, recuerda el día cuando asesinaron a Luis Donaldo Colosio.

“El 23 de marzo de 1994 yo estaba en cabina cuando un amigo me llamó por teléfono para decirme que acababan de atacar al candidato y estaba gravemente herido. De inmediato le notifiqué a Luis Felipe quien me pidió que esperara la versión oficial para sacar la noticia al aire. Pero los acontecimientos corrían más rápido y dimos a conocer el hecho; de inmediato llovieron las llamadas al teléfono de cabina. Luis Felipe me pidió que me pasara a la OX para aprovechar la señal de satélite y continuar así con los cortes informativos. Teníamos la exclusiva y no nos separamos del micrófono hasta bien entrada la noche, acompañados de un público atento que seguía paso a paso los acontecimientos”.

Después de este acontecimiento vino otro importante para la carrera de Cerecer. Enrique Plumeda dejó el Dígalo sin Miedo de la OX para ocupar el espacio noticioso que había vacío al morir Francisco del Castillo “Pancho el Huarachudo”, conductor de un popular noticiero policíaco, el Hulla hulla la Patrulla.

Y el espacio desocupado por Plumeda en la OX fue cubierto por Francisco Pérez Díaz y Cerecer.

Los programas noticiosos a fines de los noventa tomaron un gran auge en México y por supuesto en Ciudad Obregón donde se transmitían varios. Uno de ellos era el que conducían Marco Polo Armenta y Araceli Martínez en la XEHO.

En el 2000, Marco Polo fue invitado por Guillermo Macías a conducir los espacios noticiosos de una nueva radio, la XEOBS. Poco después Araceli emigró a Tijuana.

Carmen Álvarez, quien para entonces ya ocupaba la gerencia general de XEHO, contrató a Cerecer y a la reportera Bertha Alicia González para que se hicieran cargo del noticiero matutino que había quedado acéfalo con la partida de Marco Polo y Araceli.

“Así regresé a la XEHO, donde inicié mi carrera dentro del radio. Ahora me hacía cargo del noticiero estelar, Hechos, noticias y comentarios, donde primero tuve de compañera a Bertha Alicia y después a Javier Romero”.

A partir de entonces, refiere Cerecer, el proyecto de XEHO “La fuerza de la palabra” fue creciendo con la incorporación de jóvenes comunicólogos egresados de las universidades, como Orlando, Rafael Hernández, Nora Patricia y oros que llegaron a partir del año 2000.

 

Aprendizajes


De su carrera como periodista radiofónico, Cerecer rescata las satisfacciones y aprendizajes que le ha dejado esta actividad.

“He conocido la política por dentro, con sus rígidos valores no escritos, sus triunfos y sus miserias.

“Conocí el oficio de los “pobretólogos”, aquéllos que viven de los pobres, que hablan a nombre de ellos para mantener sus privilegios”.

Y un aprendizaje que quiere transmitir a los jóvenes:

“El oficio de locutor da para vivir decentemente. No para hacernos ricos, pero sí para poder mantener a nuestras familias. Y esto depende también de que no nos conformemos con el trabajo de cuatro horas que se realiza en cabina”,

 Fragmento del libro Historia de la radio cajemense, próximo a publicarse.

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