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Damos pasao al comentario de Rodrigo Rodríguez Gámez:
Los horribles parches publicitarios sobre los uniformes de beisbolistas forman parte de una larga lista de cambios que ha sufrido el béisbol a causa del factor dinero, ganancia, plusvalía, ingresos, capitalización, números negros, solvencia o como ustedes le gusten llamar.
¿Qué otros cambios se han dado en pos de la ganancia en el béisbol en general?
Los altos costos en las entradas al béisbol, de los souvenirs, bebidas, comida, etc., y la extrema protección de jugadores especialmente de pitchers, de tal manera que ver un juego completo es un garbanzo de a libra.
Otros aspectos negativos son dejar de transmitir juego por televisión abierta (sólo los vemos diferidos), la falta de entrega del jugador, que antes se reflejaba en barridas espectaculares, grandes atrapadas donde exponía el físico, etc., lo cual vimos hasta los años setentas.
Y qué decir de la negación de permisos a los peloteros de grandes ligas “por cansancio extremo” y el condicionamiento para que los pitchers de ese mismo beisbol para hacer pocos lanzamientos.
Así podríamos ir aumentando la lista.
El béisbol ya no es ni será el mismo para nosotros los románticos.
En lo personal sigo añorando aquel béisbol que se jugaba con el corazón.
También el doctor Carlos Rodríguez Candila dice al respecto:
“Si Jesús, esos parches y anuncios publicitarios son una injuria para el beisbol.
Ya llevamos más de 10 años opinando acerca de tan rídículo proceder y persiste.
Contra el sistema idiotizante o estupidizante no se puede.
Son mercaderes y no importa si hasta en familia se exhibe.
Así es mi doctor.
Y puedo pensar que en la LMP no han contratado mercadólogos o especialistas en ese tema, sino que más bien son directamente los directivos los que han tomado esa decisión para obtener alguna ayuda para el pago de diversos renglones en cada franquicia.
Ya sabemos que el pelotero no recibe ningún porcentaje por traer ese cochinero de parches en sus uniformes.
Entiendo y creo que más bien el dinero que les entra a los magnates por ese concepto lo dirigen, repito, para otros menesteres del club.
A costa-sacrificio –qué lástima-ofensa—de la imagen de sus peloteros y del béisbol.
Tiempos traen tiempos, carajo.
Héctor Barios Fernández:
Jesús, te saludo con afecto. De acuerdo contigo en cuanto a la publicidad en los uniformes; lo considero un abuso el tener que pagar el importe de un boleto de entrada para ver el espectáculo y encontrarme con que lo que veo son anuncios publicitarios.
Entiendo que la venta de publicidad es importante para el sostenimiento de los equipos, pero debe haber mejores técnicas para eso.
En cuanto al desempeño de Naranjeros me complace que dos paisanos s ensenadenses estén aportando su calidad como jugadores para el buen desempeño del equipo hermosillense.
Se nota que Jorge Flores y Fernando Pérez han alcanzado la madurez como peloteros y bien por ellos.
La historia de jugadores nativos de Ensenada en el equipo Naranjero es muy rica y me remonto hasta la década de los 1960s cuando militó allí el receptor y jardinero Luis Peralta, Luego el zurdo primera base Alejandro Robles; también Amado Peralta, quien cubrió la tercera base; el gran lanzador Daniel Garibay, Cornelio García, Iker Franco y ahora este par de muchachos, entre otros.
Recuérdenme si me faltó alguno.
