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Un chico bueno con suerte mala

Redacción
Jueves 02 de Julio de 2015
 

A fuerza de ser sinceros y objetivos, debemos admitir que Javier Hernández no es un jugador crack a la altura de los Messis y los Cristianos R. Incluso debemos aceptar también que cuesta trabajo incluirlo entre los mejores 10 delanteros del mundo.

Pero también es un hecho real e inobjetable que tiene cualidades suficientes para ser jugador titular en cualquiera de los grandes equipos de Europa y alcanzar allí la gloria deportiva que hasta ahora se le ha negado.

El "Chicharito" es un gran jugador que no ha alcanzado su plenitud, no sabemos hasta dónde puede llegar, por la sencilla razón de que no ha jugado el tiempo suficiente para demostrar toda su capacidad. Cuando tuvo esa oportunidad, al inicio de su carrera en el Manchester United, pronto destacó como uno de los mejores de su posición en la difícil Liga Premiere de Inglaterra.

Luego vino la historia ya sabida: Su estilo no fue del agrado del técnico que llegó a Man-U, no encajaba en la estrategia, y fue puesto en la banca la mayor parte del tiempo, sólo utilizado para unos cuantos minutos.

La falta de actividad suele ser más perjudicial que las lesiones para un jugador. Y eso puede sucederle hasta al mejor jugador del mundo. Sentados en la banca la mayor parte del tiempo, los jugadores sustitutos se enmohecen, se "desencanchan", y esto podría pasarle incluso a un Messi o a un Cristano Ronaldo.

Es lo que pasó con el prometedor jugador mexicano cuyas cualidades están a la vista, pero la inactividad no le permite destacar como puede hacerlo.

Ahora, cuando su traspaso a otro equipo estaba por concretarse, llega esta lesión en el hombro que lo mantendrá inactivo alrededor de dos meses, un período demasiado largo para un futbolista que está urgido de consolidar su nivel real.

El golpe más que físico puede ser anímico, pero la fe y el carácter firme que ya ha mostrado El Chicharito en otras circunstancias deberán ayudarlo a una recuperación positiva para que lo veamos en pleno rendimiento a más tardar en cuatro meses y con el equipo que sea.

Mientras tanto, Chicharito podría aprovechar este receso para darse una vuelta por Chalma y pedirle a un brujo (sería mejor una joven bruja) que le haga una limpia completa. La necesita.

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